Estoy harto de la gente sin corazón”, dijo Alejandro Sanz meses atrás, luego que Twitter se burlara de sus constantes faltas de ortografía o equivocaciones en la red, cuando anunció su “Twitter suicidio”, que duró sólo un par de horas.
Al igual que Sanz, son varios como el periodista Iván Valenzuela y Felipe Bianchi, entre otros, que con miles de seguidores deciden terminar con su perfil en Twitter.
El sicólogo y director de serdigital.cl, Miguel Arias, explica que “cuando las personas empiezan a sentir demasiada demanda de tiempo, cuando su vida cotidiana comienza a cambiar por esta conectividad y empiezan a recibir más información desde Twitter que del mundo cotidiano, hay personas que se irritan y ponen ansiosos con la realidad digital, que los lleva al suicidio en Twitter. Eso habitualmente tiene que ver con el tiempo que exige, con los errores expuestos (troleo) y con manejar los códigos digitales”.
En cuanto a cómo poder controlar la ansiedad que esta situación provoca, Arias explica que “hay que recordar que tiene consecuencias reales, y por eso te puedes estresar. Los que han aprendido a manejar el código digital, manejan más la ansiedad y resisten mejor. Si no entienden el código lo viven como algo estúpido y que no aporta nada”.
“Me saqué una molestia”: Juan Cristóbal Guarello, periodista deportivo
“Hace como 11 meses cerré mi Twitter y lo tuve casi dos años. Lo cerré porque encontré que era un espacio en que uno no podía elaborar una idea profunda.
Las críticas no me influyeron, lo que sí derepente decía¿por qué estoy discutiendo con esta persona? No me aportaba nada el estar perdiendo tiempo contestándole a la gente. Desde que dejé Twitter me saqué una molestia”.
“Twitter es un segmento muy específico y hay mucha gente que no lo tiene, por lo que suponer que esto es un contacto directo con la gente es darle demasiado valor a un grupo muy específico. Yo prefiero mucho más el contacto con la gente”.
Copano vía Twitter
Nicolás Copano, contestó por Twitter sobre su relación con sus seguidores:
Error: “creer que le hablas a una audiencia tan educada como tú. Esa fantasía se quiebra cuando ves que hay gente agresiva y llena de rabia, que aunque te lo merezcas o no, no va a comprender el diálogo”.
Trolls: “he probado varias formas para entender qué pasa en la mente del desaforado que piensa que uno le está quitando su puesto o siempre lo hace mal, aunque pinte la Monalisa. Lo mejor es ignorarlos. Ya que cada uno tiene sus propias miserias. Y en general, el desesperado por enunciar las del otro las tiene en la frente. O sea, no es raro leer “frustrado” en los perfiles de los que lanzan basura de forma olímpica y profesional”.
“Twitter suicidio”: “Yo he pensado irme a un Teatro a decir las cosas que escribo y cobrar (dice en broma). Los comunicadores muchas veces son sensibles. Esta bien también entenderlos pero no todos somos iguales. También estamos otros que la verdad nos importa poco o nos inspira para sacar mas material”.
