Opinión

Columna de René Naranjo: "Los fantasmas contraatacan"

Se reestrena en cines “Titanic” en un glorioso 3D que tomó 60 semanas de trabajo y costó 18 millones de dólares. La película de James Cameron es un magnífico espectáculo de cine -insuperado hasta la fecha- y en tres dimensiones brilla con esplendor renovado, que nos permite apreciar el complejo y sensacional trabajo de diseños, volúmenes y reconstrucción del famoso barco hasta en su menor detalle. “Titanic” es un filme tanto de plena construcción cinematográfica como de pura arquitectura, y esos conceptos salen a la luz en cada uno de sus 194 minutos de duración. Por todo eso, más la bien manejada emoción del relato, este reestreno en 3D es un imperdible absoluto.   Pero hay algo más. “Titanic” es un filme de fantasmas de punta a cabo, desde la aparición de los restos sumergidos hasta el fundido a blanco que cierra la narración. La conexión entre ese mundo romántico del pasado y el materialista presente es la veterana Rose (Gloria Stuart), quien relata la historia de aquél único viaje como si fuera una médium, conectada a visiones que hacen que los corredores enmohecidos del barco tomen vida. Su relato viene desde las sombras y hacia allá se va el “Titanic” en sí mismo y también el gran amor de su vida, Jack Dawson (Leonardo DiCaprio, en extraordinaria actuación) en ese plano sublime en que su cuerpo blanquecino por la hipotermia se hunde en las oscuras profundidades del Atlántico.    “Titanic” es un baile de fantasmas y del amor encontrado y perdido, en el que la búsqueda del gran diamante no es más que el señuelo para ingresar al mundo de los difuntos que aún rondan a los vivos.     En otro estreno de esta semana, “La dama de negro”, los fantasmas salen de día claro y matan. La cinta, ambientada a principios del siglo 20 y de plena tradición británica, posee la estructura de “Drácula”, con el joven Arthur Kipps (Daniel Radcliffe, bien en este primer gran rol post Harry ­Po­­tter) que llega a un pueblo remoto a tratar de vender una casa embrujada. En la casa no hay un vampiro, claro, sino fantasmas ligados a extraños suicidios.    La película es producida por los estudios Hammer, que mucho saben de terror y de lo fantástico, y esa sapiencia se nota en el manejo de los códigos y en el cuidado puesto en la producción y las locaciones. “La dama de negro” hace pensar en “Los inocentes” (1960, basada en “Otra vuelta de tuerca”) y en “Los otros”, y entrega momentos de muy buen cine, como la extensa escena sin diálogos en que Arthur recorre la casona, de día y de noche, en plan de desentrañar el misterio.   Lejos del efectismo, aquí hay comprensión del sentido gótico y un bien logrado clima sobrenatural.    Porque, si se piensa bien, ¿los fantasmas que acosan a los vivos, no son la mejor definición del propio cine?

“Titanic 3D” Dir: James  Cameron Con: Leonardo DiCaprio, Kate Winslet. EEUU. 1997-2012   “La Dama de Negro” (The Woman in Black) Dir: James Watkins Con: Daniel Radcliffe, Ciaran Hinds. UK, 2012

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