En el país de la nube blanca

Por Sarah Lark.

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Esta es una historia familiar que lo conmoverá, y le permitirá encontrarse con las bellezas de  Nueva Zelanda.

La prosa inicia en Londres (año 1852), en el tiempo-vórtice, en el que Gran Bretaña era una potencia en ultramar y estaba en plena Revolución Industrial, dando los pasos progresivos de la producción artesanal a la producción industrial, en la que el espíritu del progreso –idea cristiana- y el racionalismo, otorgaban sustancia y aliento para toda clase de aventuras y empresas humanas. En este contexto general, dos jóvenes mujeres zarpan hacia Nueva Zelanda, para convertirse en las esposas de unos señores que nunca han visto.

La protagonista, la encantadora Gwyneira, no sólo puede mostrar credenciales nobiliarias, sino que además está preparada para las nupcias con el hijo de un empresario de la lana. En tanto, Helen, la institutriz que se ruboriza con frecuencia, ha atendido la solicitud parroquial, para convertirse en digna esposa de un granjero. Se van a Nueva Zelanda, deciden dar un paso al abismo, pues tampoco es que sus ideas sean muy nítidas al principio. Es una gran apuesta, relacionada con la visión y el carácter.

Helen trabajaba arduamente, casi llegaba a los 30 años de edad, cuidaba de su padre –un conocido predicador, que quedó viudo-, y siempre estaba pendiente de financiar los estudios de sus hermanos; ¡estaba exhausta! Conoció al granjero neozelandés, Howard O´Keefe, quien le enviaba unas cartas encendidas de ingenio, cariño, sutilezas y buena voluntad (hay que ver cómo se comporta este hombre más adelante). En todo caso, este no es motivo único de un viaje a tan lejanas latitudes y con tantos riesgos, pues acompaña a unas niñas huérfanas que trabajarán como criadas; ello le otorga más fortaleza moral y emocional.

¿Qué se puede decir de Gwyneira Silkham? Que era una adolescente de diecisiete años, que tenía –implícita- la necesidad imperiosa de una aventura de esta naturaleza, y cuyo mayor beneficio fue el  impulso de su fuerte y  particular carácter, que no pasaba desapercibido para sus contemporáneos; cabalgaba como los dioses, sabía reconocer el excelente ganado de su familia y manejar con pericia a los perros, y por cierto, no tenía los hábitos burgueses marcados como cualquier galesa. En efecto, podía mostrar sus puntos de vista sin filtro ni sometimiento alguno. Con un temor más que razonable, su padre le buscó un pretendiente. El destino, -o el destino dentro de un juego de cartas vinculado a los negocios-, presenta a Gerald Warden, un potentado de la lana en Nueva Zelanda.

La vida se encarga, en esa gran travesía hacia Nueva Zelanda, de enlazar las vidas tanto de Helen como Gwyneira, más allá de los convencionalismos de clase social. Sin embargo, hay odios profundos –impostergables e insufribles- entre el esposo de Helen y la nueva familia de la sagaz Gwyneira. En estos desafíos, trascenderán el haber dialógico y espiritual de los personajes, muy bien posicionados en el drama y en la dicha. Se dirá del patrimonio femenino, que posee un sello creativo y profundo, como sólo Sarah  Lark sabe hacerlo.

En toda esta historia, aparece Lucas Warden, pintor conspicuo y atractivo varón, quien no adhiere los negocios familiares, y rechaza la intolerancia de su padre Gerald respecto de la cultura nativa, asunto que lo desgasta física y psíquicamente. Después, tenemos al capataz del clan Warden, James McKenzie quien verdaderamente, logra giros importantes para la trama y aporta criterios diferentes.

Hay una riqueza patente en cada personaje, da gusto leer, y bien se podría decir que, la autora ha renovado y otorgado frescura y genio con una prosa descriptiva atingente, elegante y de novedosa estética. Románticos textos por doquier, que permiten integrar una aventura mayor: el horizonte antropológico que se expone, está basado en la realidad de muchas personas y antepasados forjadores de cultura y familia.

Quien juzga a esta novela, con mala voluntad, es porque no sabe nada de literatura; asunto subsanable, que nadie se asuste.  En cualquier caso, la persona que se hace consciente de su ignorancia, e intenta con todas sus fuerzas superarla, podrá, en consecuencia, contemplar la primavera de este ópalo precioso.

Sarah Lark; belleza y genio.

La canción de los maoríes

Por Sarah Lark

Las primas Elaine y Kura, tan diferentes en pensamiento y objetivos, serán las creadoras de un destino singular, en estrecho vínculo con árboles genealógicos ricos y complejos, tanto de británicos como de maoríes.

La industrialización y la aventura de los colonizadores, la concepción moderna del trabajo y el legítimo lugar de la mujer en la sociedad, son algunas ideas aquí expuestas, aunque lo definitorio siempre será la familia, el coraje, el alma humana en el vaivén de la codicia y la ambición, la dicha y la angustia, la destrucción o la construcción.

La otra mujer

Por Roberto Ampuero.

Editorial Norma.

Este libro detalla una actitud humana que, a pesar de ser elemental, no siempre se vive con tal entusiasmo y placer. Porque, esta prosa no es para intelectualizar, sino para sentir. De hecho, “La otra mujer” es una historia doble, pues detalla búsquedas con caminos diametralmente opuestos: uno es la búsqueda de la Verdad queriendo llegar a ella, en tanto que, el otro es la búsqueda de la Verdad con pánico a encontrarse con ella; ¿qué hace que una búsqueda sea una verdadera sensación humana, de esas que mientras más tardan, más angustia provocan? Es clara la aparición de aspectos que, aunque estén unidos, son diferentes: la búsqueda y el encuentro.

El texto, nos muestra a un profesor obsesionado con la búsqueda de un manuscrito. También, se trata de la búsqueda propia de una historia personal -abandonada hace tantos años en una vieja casa-, y de una publicación que le permita mantener un puesto de profesor en la universidad. Y, aparece, otra búsqueda, quizá no menos importante para un hombre, esta es, que su propia mujer le crea y le aprecie.

En el manuscrito antes referido, está detallada la historia de una mujer que también busca una Verdad, sin embargo, espera no llegar nunca a encontrarla.  Le atemoriza tanto la búsqueda como el encuentro.  ¿A qué mujer podría agradarle descubrir la verdadera historia de un marido perfecto, que muere esperando su llegada? Curioso, entonces.

La novela es sencilla, con prosa viva y fácil de leer, que no exige una compleja comprensión de la vida ni de emociones profundas.  Es el relato sincero de un argumento que vincula una sensación asociada con el Régimen Militar / dictadura chilena y la historia de una mujer que ha vivido en una burbuja de clase social, -demasiado alta como para no impactarse con la realidad de tener que comenzar a buscar cualquier verdad, a una edad en la que ya no se quiere correr riesgos-. Por ello, presenta además, una cuota de emoción a propósito de la vida de una mujer que, luego de enviudar, podría esperar dejar pasar los años, los elogios de un bello matrimonio y una sospecha jamás resuelta, de la que nadie se enteraría jamás.

¿Qué motiva a buscar día a día alguna emoción que le otorgue sentido a la “solucionada existencia”?  Quizá el pánico al tedio y a la angustia con todos esos estados ansiosos que oprimen el pecho, resultan en un impulso fortísimo, para buscar un rumor, seguir la pista a un detalle, buscar un trabajo con más riesgo intelectual y un poco más de dinero y reconocimiento.

A pesar de ser un texto así de sencillo en su argumento y en su trama, que va relatando en paralelo y alternadamente ambas búsquedas, logra generar el interés por el final, por descubrir esas verdades que al lector pueden parecer sólo el final de su lectura, pero que si se viven, si se profundiza no sólo en lo que se busca, sino en la sensación específica de cualquier persona que tiene dudas, que ha buscado algo que merece un cierto esfuerzo, de forma casi necesaria, deriva en la consciencia del instante; puede hacer el trabajo interior de sentarse a pensar: ¿qué estoy buscando yo en este instante de mi vida y cuál es la razón de no estar al otro lado del mundo o sentado en otro hogar?, ¿hay cosas que busco saber pero que no tengo la más mínima intención de llegar a encontrarlo?, ¿qué hace que un hombre posicionado busque un romance extramarital que puede causarle la muerte?

Es paradójico: algo que no se puede evitar al buscar es encontrar.  Y muchas veces se encuentra mucho más de lo que se busca, se encuentran verdades intermedias que son parte de la gran verdad, que no se pensaban siquiera, y que si uno las sigue, podrían ser una verdad totalmente nueva.

Orestes Cárcamo, profesor universitario, e Isabel, esposa fiel, son la misma persona: el lector.  Entre bares de poetas se encuentra Benjamín Plá, -autor del manuscrito de una novela que se dejó en Berlín-, y a quien nunca se logrará encontrar. Otro más de los desaparecidos, otro más de los cientos de “autores” anónimos que desatan la búsqueda que da sentido a una existencia que busca sentido; porque no sólo escribiendo se es autor.

La otra mujer, es el ícono de las verdades incómodas de una vida común, de esas que se buscan con la cara vuelta sobre el hombro y los ojos cerrados. Un libro recomendable no para pensar el libro, sino para “pensar la vida mientras se disfruta un libro”.

Taylor Swift: Un cuento de hadas

Por Ronny Bloom.

Biografía no autorizada, y sin embargo escrita con buen talante y talento. Relata la vida de Taylor Swift, mujer exquisita, creativa y de gran personalidad, -la estrella country que se convirtió a punta de perseverancia y genio, en una estrella de rock, con todas sus letras-. Información muy detallada de sus apariciones en conciertos, series de televisión y cómo se ha desarrollado tan bien, desde su debut con el sencillo “Tim McGraw”.

Calendario Maya 2012: Predicciones para cada sello

Por Federico De Robertis.

Es una guía para profundizar en uno de los más grandes misterios: el interior del ser humano.  Se trata de herramientas de autoconocimiento y para evaluar los propósitos de vida. Libro que rescata mucha sabiduría, y despeja varios miedos que otros difunden acerca de la famosa fecha en cuestión.