La hora del taco pone a prueba el temple del ciudadano común, sobre todo si vas en un vehículo moto rizado, es impresionante cómo en algunas zonas conflictivas los choferes lucen feroces rostros y exacerban su furia y osadía al momento de pelear un espacio en la fila. Es evidente que hoy todas las rutas colapsan.
A veces pienso que sería mejor detenerse a un lado del camino, disfrutar de un snack y luego continuar cuando todas las fieras se hayan disipado, pero ahí el punto, demostrando mis dotes de navegante y tratando de hacer camino al andar, me encontré con un boliche que visité hace muy poco con un gran amigo. Y hoy lo hago junto a mi mujer.
Siguiendo la ruta de las pizzas me dejé tentar por “La Pizzarra”, refugio para paladares mediterráneos y almas congestionadas. Estacionarse cuesta. Si la suerte acompaña hay lugar en frente, pero no es mucho, la casa es acogedora y cálida, con piso de madera, rojas murallas decoradas con pequeñas pizarras dibujadas con tiza y una cocina a la vista que deja expuesta la simpatía de sus cocineros.
La marca se vende como “pizzería y cafetería”, pero es mucho más que eso, la carta se lee fácil en lo extenso. Se puede comenzar con alguna de las tapas, que van desde brochetas, montaditos, tortillas y diferentes salteados de mariscos, que al ritmo de las tonadas en italiano andan de maravilla.
Pedimos dos cervezas que nos las sirvieron en un elegante copón de degustación bien helado, detalle que me saca una lágrima de emoción cada vez que me miman de esa manera. Seguido fuimos bien asesorados por el garzón, quien conocía hasta el más mínimo detalle de las preparaciones y sus ingredientes, nos convenció de probar la pizza Autoestrada, una fina masa a la piedra con base de salsa pomodoro, mozzarella, tomate fresco, hojas de albahaca y ajo. Este último ingrediente constituye el toque que le da carácter a una revolución de sabores clásicos.
Comentario aparte para la calidad de las materias primas, se ven, huelen y saben perfectas.
Para compartir una pizza está bien para dos, son de aproximadamente treinta centímetros y le ponen relleno en su justa medida: ni mucho, ni poco, así también se puede compartir alguna de las ensaladas que ofrecen en múltiples variedades. La versatilidad de la masa no se queda ahí y llega el momento en que te das cuenta que también venden calzones, fugazzas y algunas pizzas de masa integral.
Con suerte llegué al postre y pedimos tiramisú para compartir. Estaba bueno, pero a mi gusto, le faltaba un poco de alcohol.
Aquí no paran, atienden toda la semana desde las 13:00 horas en adelante, tienen mucho que ofrecer y si quiere llegar pronto a casa llame por teléfono y pida su pizza para llevar.
Debo remarcar que la vedette es la pizza, el lugar es tranquilo y se llevará una grata sorpresa al recibir la cuenta, vale cada peso y más.
Coordenadas:
La Pizzarra
Príncipe de Gales 5519, La Reina.
Teléfono 9201288