Sacan a mujer que se instaló en tumba de su esposo con cocina, cama y TV

Una argentina que para visitar cómodamente la tumba de su marido acondicionó el panteón como una confortable casa dotada hasta de cocina, ya no podrá pasar más allí los fines de semana como solía hacer, informaron hoy medios locales.

Por orden de la municipalidad de Dos de Mayo, una localidad de la provincia norteña de Misiones, la puerta del panteón que alberga el féretro de Sergio Yede, además de una cama, una cocina, un televisor y otras comodidades para su viuda, Adriana Villarreal, fue cerrada con candado, según informaron radios y diarios.

“Mi idea es que no puedo pagar tanto dinero para quedarme en un hotel mucho tiempo y aparte lo vengo a ver a él, es el único familiar que tenía”, explicó Villarreal, que enviudó en 2010, al sitio misionesonline.net.

La decisión de echar candado al panteón, que por fuera más parece una casita de muñecas, se tomó debido a las quejas de algunos visitantes del cementerio, que incluso dijeron que Villarreal ponía la música a “alto volumen”.

El comisario de policía de Dos de Mayo, Gustavo Braganza, explicó que debido a estas reclamaciones envió a unos inspectores al panteón, donde les atendió en pijama Adriana Villarreal, a la que le comunicaron los horarios de visita del cementerio local y la prohibición de pernoctar allí.

“Pongo música despacito porque a él le gustaba la música de acá, tengo mi computadora con internet”, afirmó Villarreal.

La mujer, de 43 años, agregó que no tenía miedo de dormir al lado del féretro, porque “los muertos no hacen nada”. “Hay que temer a los vivos”, subrayó en declaraciones a Radio Libertad.

“Sabíamos que pasaba muchas horas, pero esto nos superó y tomamos las medidas correspondientes para que esta situación se regularice”, dijo por su parte el alcalde de Dos de Mayo, José Luis Garay.

Sergio Yede, de 28 años, murió en 2010 en circunstancias no aclaradas y desde aquel año la esposa reside en Buenos Aires, subrayó el comisario Braganza.

“Cuando se ama mucho al hombre uno puede hacer ese tipo de cosas. Mi marido se merece eso y mucho más era una persona muy buena, todo lo que puedo hacer por él es poco”, manifestó Villarreal, quien solía visitar la tumba en fines de semana y fiestas como Navidad y Año Nuevo.

La mujer, que trabajó en México algún tiempo, explicó en Radio Libertad que “la cultura mexicana entiende que cuando la persona fallece no fallece el alma, sino es el cuerpo físico”. EFE

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