Opinión

Columna de Nicolás Symmes: ¡Tuiteros de calidad y para todos!

Esta semana quise profundizar un poco en el Twitter y entrar en la contingencia. Durante estos días se conoció sobre la compra de seguidores en la red social, lo que me hizo indagar sobre este interesante tema.
¿En qué consiste la “compra de seguidores”?, ¿cuál es el objetivo? Para muchos, lo principal  es “destacar” dentro del mar de tuiteros que existen en la red, lo que implica tener un cierto poder y llegar a convertirse en un potencial líder de opinión.
Partiendo de esta necesidad, empecé a buscar las “trampitas” que existen para aumentar los seguidores, donde destaca que hablar de temas novedosos, usar los hashtags que son tema país, entre otros, ayudan a subir los interesados en tu cuenta.
Según los expertos, siguiendo esos pasos puedes subir mucho la cantidad de lectores, pero luego de estudiar todo lo relacionado a aumentar seguidores, llegué a una página web que se dedica a la venta de followers, lo que me pareció una idea insólita.
Al ver las ofertas, éstas tienen un costo que van desde los 1.000 seguidores por $25.000,  hasta los 50.000 followers por casi quinientos mil pesos. Por dentro pensé “esta es la mía, acá puedo conseguir nuevos followers”, pero al reflexionarlo me dí cuenta de un gran detalle: los tuiteros comprados son falsos, se trata de un programa que crea miles de cuentas y te siguen sin tener feedback de por medio.
Entonces la cosa cambia, y la pregunta es, ¿Cuál es la finalidad de tener miles de seguidores, si no te van a leer?
Estamos claros, vivimos en un mundo donde la apariencia se ha vuelto casi una herramienta de trabajo, pero me parece aún más freak que existan personas que paguen para ser un personaje “influyente”.
El tema destaca por estos días porque muchas personalidades del mundo político y social poseen una gran cantidad de seguidores falsos.
De hecho, un balance arrojado por el programa “Fake follower check”, muestra que el Presidente Barack Obama, tiene 19 millones de seguidores, pero de ellos, un 69% son cuentas falsas.
Por otro lado, el mandatario, Hugo Chávez, cuenta con tres millones de seguidores, de los cuales un 34% son falsos.
Resumiendo, podemos decir que si de apariencias estamos hablando, tener miles de seguidores podría impresionar a cualquiera y hacer creer a la gente que eres un líder de opinión, pero en la práctica no te sirve si de feedback estamos hablando.
Lo entretenido de Twitter es que podemos compartir opiniones, intercambiar datos y entablar algunas amistades virtuales.
Finalmente la pregunta es, ¿realmente será necesario comprar miles de seguidores para aparentar que eres un súper tuitero influyente?

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