Ingenieros de la marca Ford realizan en Europa proyectos para crear vehículos a prueba de alergias porque solo en ese continente existen unos 80 millones de personas que las padecen.
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El polvo, cromo, látex o níquel o casi cualquier material o sustancia puede ser un potencial agente alergénico.
Además de evitar sustancias potencialmente nocivas como los pigmentos azo, que están prohibidos, la intención es hallar componentes potencialmente alergénicos como los denominados pigmentos difusos y el formaldehído están estrictamente limitados a niveles que incluso resulten aceptables en su uso en prendas de vestir.
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Ford hace pruebas con más de 100 materiales y componentes en cada auto para evitar alergias. Además, todos los compuestos que tienen un contacto directo y prolongado con la piel, como el timón o las fundas de los asientos, son dermatológicamente probados.
El nuevo Focus es el último modelo que ha realizado las pruebas de interior contra las alergias.
“Mucha gente pasa tanto tiempo en la carretera que considera su auto casi como una extensión de su hogar o de su oficina”, dice Stefan Riewer, del Departamento de Calidad en Interior de Vehículos de Ford Europa.
Por esto se somete a ciertas partes del auto o incluso al vehículo entero a pruebas para asegurarse de que se mantienen los mismos niveles de calidad cada año.