Opinión

Columna de Juan Manuel Astorga: "En casa del herrero"

La sabiduría popular ha ayudado innumerables veces a describir con simpleza e ironía determinados episodios de nuestra historia. Situaciones cotidianas o momentos específicos han recibido, con la lucidez propia del que explica con sencillez, la definición exacta que se necesitaba. Una frase que luego sirve para sentenciar clara y directamente otros casos similares. Son pocas palabras que en su conjunto conforman un refrán. Pues bien. Hace días me viene dando vuelta uno que calza perfecto en 3 episodios distintos, pero que concluyen en el mismo dicho popular: “En casa del herrero, cuchillo de palo”.  

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Episodio 1, el caso Petraeus:
Esta historia devino en un escándalo por la aventura amorosa que terminó con la carrera del general estadounidense David Petraeus, hasta hace poco director de la CIA. Se trata del desliz de Petraeus con su biógrafa, una mujer de 40 años, casada y madre de dos hijos llamada Paula Broadwell. Todo apunta a que ambos eran amantes. El origen de la investigación la inició un agente del FBI luego de las denuncias de otra mujer, Jill Kelley, quien contó que había recibido correos amenazantes anónimos. En ellos, Paula Broadwell la instaba a poner fin a su comportamiento “demasiado amable” con Petraeus. En el fondo, un ataque de celos. No está claro si Kelley también era amante del ex número uno de la CIA, pero lo que sí se estaría comprobando es que habría tenido amoríos con otro personaje igualmente importante: el general John R. Allen, jefe de las tropas estadounidenses en Afganistán. Como si la historia no fuese ya lo suficientemente intrincada, aparecieron nuevos ingredientes que sazonan un plato que nadie se quiere servir pero que amenaza con intoxicación masiva en la Casa Blanca. Como se necesitaba a alguien del FBI para investigar a fondo el caso, Kelley recurrió a un amigo, el agente Frederick W. Humphries. El hombre en cuestión incautó decenas de documentos confidenciales de la CIA en casa de Broadwell, lo que dejó a su ex director al borde de un juicio federal por divulgar datos secretos. Pero la cosa no terminó ahí. El agente del FBI fue apartado del caso por su “excesiva” cercanía con Kelley, luego que se conociera que entre ambos hubo intercambios de fotografías semidesnudos.
Si casi todos los involucrados en el escándalo sexual del momento en Estados Unidos están vinculados a organismos de seguridad e inteligencia y se supone que tienen experiencia en borrar pistas y esconder pruebas, ¿cómo no supieron ocultar sus idilios? La CIA ha intervenido gobiernos, falseado pruebas para declarar guerras y ha espiado por décadas a sus contrincantes, pero no supo cómo encubrir un simple amorío.

Episodio 2, el caso Ñuñoa:
No era esta la comuna más emblemática, pero sí la más sorpresiva de todas las que volvieron a manos de la Concertación tras las elecciones municipales.
Al día siguiente de los comicios, la candidata socialista Maya Fernández se paró en el mismo podio que Carolina Tohá, vencedora en Santiago, y Josefa Errázuriz, ganadora en Providencia, para lucir su triunfo ante el alcalde ñuñoíno Pedro Sabat. Era bien obvio que ante la estrechez de los resultados frente al actual edil RN, este partido pediría un reconteo de los votos. Era bastante evidente también que, cuando se gana por apenas un puñado de sufragios, se tomen todos los resguardos necesarios para asegurar el triunfo. Según el PS, el viernes siguiente a la elección pidieron la nulidad de la mesa 3 de varones del Estadio Nacional, cuya inclusión estaba provocando un vuelco en los resultados a favor del actual alcalde. El PS acusaba inconsistencias entre el número de votos en la urna, la cantidad de firmas y las cifras del acta de la mesa. Sin embargo, cometieron un error procedimental, porque lo que debieron haber hecho era presentar la nulidad mediante una “apelación” a la solicitud de RN. Considerando que el PS es uno de los tres partidos políticos de mayor antigüedad en Chile, se asumía que tendrían las suficientes destrezas y conocimientos para no cometer un error como éste. Sus dirigentes no son novatos, tienen juego de piernas. Pero no. Primó la inexperiencia y perdieron la comuna que decían haber ganado. El episodio recordó otro torpe error cometido por la Democracia Cristiana hace unos años, cuando inscribió erróneamente a todos sus candidatos al parlamento, obligando al Gobierno a enviar un proyecto de ley para salvarlos del bochorno.

Episodio 3, la meningitis:
Cunde el pánico entre la población chilena ante el creciente número de casos de una variante de la meningitis, la W135. Los muertos superan la decena y los contagiados, el centenar. El Gobierno no ha logrado contener el legítimo temor de los padres frente a un eventual contagio de sus hijos. Falta de información o una campaña incompleta, da igual, lo cierto es que, como escribió Albert Camus en uno de sus más famosos libros, “el único medio para luchar contra la peste es la honestidad”. Considerando que es la autoridad sanitaria la encargada de desarrollar las campañas preventivas ante enfermedades contagiosas, parece un despropósito que esa misma autoridad no logre contener a una población afligida frente a un flagelo que, según asegura, no es tal. Si se supone que no estamos en riesgo, que el Presidente Piñera anuncie que “agotamos el stock mundial” de vacunas no parece precisamente un llamado a la calma. Ya que estamos en esto de los refranes, hasta ahora va resultando peor el remedio que la enfermedad.

Podría escribir en largo una conclusión que se resume en corto. Para las tres historias, el mismo refrán: “En casa del herrero, cuchillo de palo”.
Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de publimetro
 

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