Durante la semana, uno de los noticieros mostró un impactante reportaje, de personas que vivían de la basura. Gente, que sin mayor oportunidad laboral, su única opción de sustento, es ir a los vertederos a buscar cosas para vender.
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Me impactó de sobre manera, ver registros muy antiguos de la misma realidad, pero familias completas con niños, escarbando entre las bolsas y podredumbres. El ministro del MIDEPLAN se refería a la “pobreza dura” la que vivían estas personas.
La misma semana, por coincidencias del destino, en un canal de cable mostraban la misma realidad, pero de un país de Centro América. Lo más asombroso es que allí, exististe algo similar a jerarquías. El reportaje continuaba mostrando a los que no podían acceder a esa “jerarquía superior” (por decirlo de alguna forma), tenían que conformarse con estar metros más abajo, en un tipo de río de aguas pestilentes, agachados recogiendo cosas metálicas y las sobras de las sobras.
Quiero tomar como ejemplo lo anterior, para hacer un análisis a mi estilo, juntando algunas realidades y encontrando algunos puntos en común.
No es desconocido, que la gran mayoría de nuestra programación, es literalmente “BASURA”. Entonces ¿Por qué podría generarme tanto impacto ver a otras personas ganándose la vida de entre desperdicios?
Olvidamos rápidamente cosas importantes que suceden y que tendrían que ser prioridad, como la #LeyEmilia, (que profundicé en mi columna de la semana pasada), ¿Por qué?, por darle espacio a contenidos basura. ¿Qué tan distinta es nuestra vida, escarbando entre personajes putrefactos e historias pestilentes?
Existe un dicho que dice: “eres lo que comes”. Si seguimos en lo figurado pienso, que para algunas personas, el exceso de contenido televisivo apestoso, podría ser muy nocivo para su salud mental, principalmente los niños.
En los vertederos reales actualmente, no se ven familias completas con niños, como si se veían en los registros de años anteriores. Es en este punto donde veo un terrible retroceso, ya que nosotros si arrastramos a los más pequeños a escarbar en la BASURA TV.
Si alguien entendido pudiera hacernos un catastro, ¿seriamos nosotros “la pobreza dura de la TV”? Luego no nos quejemos de tener vidas que, APESTAN.