Columna de Copano: "Ese lugar llamado Camden Market"

El primer chiste de “Portlandia”, la serie de humor meta-hipster producida por Lorne Michaels, el genio de “Saturday Night Live”, instala a la pareja protagonista (Fred Armisen y Carrie Brownstein) dialogando sobre un lugar donde el tiempo se ha detenido, donde George Bush no gobernó, donde todas las chicas usan lentes de marco grueso y todavía hay talleres clown. Ese lugar es Portland, Oregon. Un rincón del mundo donde aún vive “el sueño de los ‘90”.

Hago el link mental mientras leo que una de las conclusiones de la critica cul- tural en Inglaterra después de los Juegos Olímpicos del año pasado fue que la última década del siglo que se fue había sido tan importante e imponente, a nivel músical y de expresiones artísticas -Oasis, Blur, Suede- que aún no es superada. El movimien- to “Cool Britania” impregnó el mundo: discotecas como Blondie en Santiago de Chile, hasta hoy viven de poner

los hits del viejo Morrisey y compañía, y aún emocionan a generaciones de mucha- chos en la pista que bailan transpirando, maquillados mientras miran videoclips de una MTV que ya se fue.

La Meca del sueño de los ‘90 tras el charco, el Portlandia británico, es Camden. Camden es un sueño “aesté- tico” cuyo capital espiritual es el recuerdo de una Inglate- rra creativa pre-Internet. Un punk preguntando en una tienda de discos por un CD. Esa es la imagen que choca en tu cabeza caminando entre sus laberínticas tiendas. Un supermix que sólo se permite en una potencia cultural con un mercado único donde lo alternativo es masivo. Un gran collage donde suena “Bitter Sweet Symphony”, de The Verve, en una tienda de tatuajes y smoothies orgánicos, mientras venden unas poleras con estampados de Super Mario y trajes de látex a unas estudiantes de intercambio japonesas.

Caminar por el mercado de Camden, llegando desde “el tubo” (el tren subterráneo londinense) es una experien- cia maravillosa, en todo sentido: desde lo culinario, hasta lo referido a la industria de la moda.

Probablemente es también uno de los lugares más baratos de Londres. Y es que tiene la magia de la globalización bien impregnada: parece ser que un comité de chinos investiga lo que va a gustar a todos, va y lo arma masivamente.

Camden es Tumblr (la popular plataforma visual de arte y cultura pop online) hecho algo de carne y hueso: cuadros, ropa, juguetes y ta- tuajes en más de mil tiendas repartidas y atendiendo todos los días del año. Comidas de todo el mundo a menos de un euro para fotografiar y subir a Instagram entre locales de American Apparel. Botas de todos los colores por 18 euros, chicas góticas comprando accesorios al lado de raperos vendiendo brownies sicodélicos. Chicas con alas de ángel (literalmente) caminando de la mano mientras mesas con la bandera inglesa tienen encima esculturas portátiles de las religiones del mundo. Vibrante y gigante, extendida en las orillas del río, tiene varias áreas: Camdem Lock, donde los libros usados, la joyería y los objetos a mano tienen su lugar. El Stables Mar- ket es la cuna de Cyberdog, una tienda única en el mundo, que no permite tomar fotos: su target son los cybergóticos y otras culturas alternativas. Trajes de neón futurista, música de 8-bits remixada a alto volumen, poleras que lanzan luz. Cyberdog es única en el mundo. Y es adictiva y extraña, como los trajes al estilo de los Supersónicos que te ofrecen vendedores con ojos que simulan ser de un robot a lo “Terminator”. Finalmente el lock Village, el Buck Street Market y el Electric Ballroom ofrecen ropa de diseñadores independientes, que cierra con el Inverness Street Market donde las frutas y el alimento orgánico vive.

Camden Market es lo que llegará a la Bond Street de Buenos Aires en siete meses más. Lo que será tema en las tiendas de venta de ropa de Facebook en Perú y lo que llevarán los universitarios de Sao Paulo el año que viene. Es el mejor lugar del mundo, si obviamente eres joven y tie- nes Pinterest. Y si no, también.

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