en la búsqueda de un combustible que no hiciera tanto daño a la naturaleza es que el biosiésel nació como una pronta alternativa, el problema son las grandes cantidades de vegetales y tierras cultivables que se necesitan para producirlo, además de que su valor es mayor al petróleo, por lo menos hasta ahora.
Al parecer estos problemas estarían resueltos luego de que en Indiana, Estados Unidos, se está preparando una planta piloto capaz de convertir lo tallos y hojas de la planta del maíz en diésel y combustible para aviones. Para asegurar su buen funcionamiento ésta pondrá un nuevo método que consiste en utilizar ácido y procesos propios de la industria química y petrolera, con lo que sus creadores esperan poder producir este biocombustible a precios mucho más baratos para poder entrar en la pelea con el petróleo.
La planta podrá procesar unas diez toneladas de biomasa diarias, (como para fabricar unos 3.000 litros de combustible al día). La idea es que la biomasa celulósica (como los tallos del maíz, virutas de madera o hierba) es abundante y requiere menos energía y fertilizante para su cultivo que el azúcar o los granos de maíz, principales fuentes de biocombustibles en la actualidad. Así, la producción de biomasa celulósica es más barata y da lugar a menos emisiones de dióxido de carbono.
En cuanto al problema del transporte la solución es construir pequeñas refinerías cerca de los campos de maíz además de que este nuevo proceso convierte a la biomasa en un líquido, el que ocuparía mucho menos espacio que la biomasa original, lo que se traduce en economía en su transporte.
A pesar de que la nuev tecnología está en fase de prueba se ha demostrado en pequeña escala su factibilidad de uso, lo que resta es dejar claro que una producción masiva es posible.
Fuente: noticias.coches.com