Ricardo González: Ojo con los independientes

Veo que existe un fenómeno generalizado actualmente en la política. Tiene que ver con los candidatos a la presidencia que se lanzan de forma independiente o con apoyo de partidos políticos que están fuera de la lógica concertación y alianza. El asunto de este fenómeno es que increíblemente este año no solo puede ser un grito desesperado que busca el cambio de las estructuras políticas sino que, en vista del voto voluntario, puede ser un gran quebradero de cabeza para la elite política nacional.
 

Y es que el fenómeno no es nuevo, en 1952 llegó al poder presidencial un candidato que buscaba desligarse de las lógicas partidistas de la época (dominada por radicales, conservadores, liberales, socialistas y la incipiente Democracia Cristiana) acusando a la clase política de lo mismo que hoy muchos vemos en ella – guardando las diferencias de contextualización históricas- como la corrupción, clientelismo, apego al poder, no escuchar las demandas sociales y un largo etc. Y es que Carlos Ibáñez del Campo y su “Escoba” convenció a mucha gente que él vendría a limpiar un sistema político lleno de corrupción.
 

Pero, ¿qué tiene que ver Ibáñez con lo que pasa actualmente en Chile? La respuesta es simple: cambios en el sistema electoral. En aquella época las mujeres tenían derecho a voto solo en elecciones municipales, recién en 1949 se les concedió derecho a votar en elecciones presidenciales y parlamentarias, entonces para las elecciones presidenciales de 1952 ellas se convirtieron en un factor decisivo del triunfo de un “independiente” como Presidente de la República de Chile.
 

En la actualidad nos encontramos ante una situación parecida, estas serán las primeras elecciones presidenciales que se realizan con  la modalidad de voto voluntario, lo que hace imposible de prever lo que sucederá en el ambiente presidencial y es que aquí pueden ser los jóvenes el factor clave que decidirá al futuro presidente. En su tiempo el “no inscribirse” se decidía para no votar por los mismos o para deslegitimar el sistema, otros simplemente no estaban ni ahí; pero ahora los candidatos “independientes” han captado fuertemente las preferencias de los jóvenes, muchos que no estaban ni ahí o no querían legitimar el sistema ven en estos independientes la solución a los grandes problemas que nos aquejan como sociedad.
 

Por tanto, hay que tener ojo con los independientes, puede ser que ya no sean solo candidatos con un margen mínimo de electorado, el último reducto en donde se busca cambios, que se lanzaban a la carrera presidencial aun a sabiendas que no ganarían. Hoy por hoy ganan adeptos en todo Chile y sobre todo en los jóvenes que en su momento descontentos evitaban votar. Menciones obligadas son las de Parisi y Claude,  el primero es un economista que se acerca más a la derecha liberal y que con cara sonriente y tips de economía  busca seguir aumentando sus firmas sobre las mínimas necesarias, el segundo que llena mítines políticos propios de inicios del siglo XX, que representa más a una izquierda desilusionada de la concertación y el PC, va fijo por los Humanistas.
 

Hay que esperar para ver los porcentajes de voto que recibe cada candidato y aunque ningún independiente gane, la base electoral de la concertación y la alianza se verá fuertemente mermada en las próximas presidenciales y es que como chilenos, muchos estamos hartos del modelo agotado de hacer política que Concertación y Alianza nos han regalado estos últimos 20 años.

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