Los pilotos que se prestaron para esta prueba fueron “el campeón” Alastair Seeley, de 33 años, “el novato” Gareth Keys, de 22 años y “el veterano” Jeremy McWilliams, de 49 años, a los cuales se les colocó una cinta para medir las pulsaciones y un sensor a distancia para medir cada tramo de la carrera.
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Logicamente que cada uno de los pilotos experimentó distintas sensasiones, algo que explicó el doctor Sean Roe. Según el médico cuanto más estrés emocional tenga la persona, más estresado estará el piloto: “El corazón es controlado principalmente por dos centros en el cerebro; la respuesta simpática ‘lucha o vuela’ y la parasimpática ‘descansa y digiere"”, aclara.
“En ocasiones se requiere una mayor potencia cardíaca que el sistema nervioso simpático ofrece, lo que acelera al corazón. La potencia cardíaca, que es la cantidad de sangre que bombea el corazón cada minuto, aumenta permitiendo que se cumpla la demanda adicional”.
El experto advierte que alternativamente, cuando alguien está relajado, el sistema nervioso parasimpático sale a la luz, reduciendo la potencia cardíaca con las pulsaciones e incrementando la circulación de la sangre al sistema digestivo, tomándola de los músculos.
“Cualquier cosa que aumente la ‘lucha o vuelo’, como el ejercicio o el estrés emocional, aumentará el estrés en el corazón”, agrega.
Además la función cardíaca está relacionada con el estado físico y la edad, cuanto mejor está el corazón, mejor reparte la sangre al cuerpo, lo que se traduce en menor estrés para el corazón. “Uno de los efectos de entrenar es que se aumenta el volumen de las cavidades del corazón. Para incrementar la potencia cardíaca hasta cierto punto, un corazón en forma tendría que subir sólo una poco su frecuencia cardíaca, comparado con uno que no esté en forma”, explica Roe.
Este se debe a que el corazón de un deportista bombea más sangre con cada latido.
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El especialista considera que el estrés emocional está entre los principales factores que hace que aumenten las pulsaciones de los competidores en las carreras de carretera.
La forma estresante en que interpretes la situación afectará la rapidez de las pulsaciones.
¿Y los resultados?
Bueno en primer lugar el campeón, Alastair Seeley,fue el que mantuvo su ritmo cardíaco más bajo, con un promedio de 134 pulsaciones por minuto, lo que significa el 71% de su máxima capacidad. Hubo pequeñas “puntas” durante la vuelta, sin embargo, Roe quedó muy impresionado con este ritmo tan bajo y constante.
“Claramente el campeón no percibió la situación como estresante. Él es un ‘hombre de hielo’. Un promedio de 134 es equivalente a una caminata rápida para la mayoría de las personas, y sus técnicas de respiración pudieron haberle ayudado”.
El novato, Gareth Keys, registró un promedio de 185 pulsaciones por minuto. “Esto es el equivalente a Bradley Wiggins (ganador del Tour de Francia) ascendiendo Alpe d’Huez. Nosotros calculamos que su ritmo cardíaco estaba funcionando al 94% de su capacidad. Esto indica un gran estrés psicológico originado de su percepción de una situación bastante amenazante”, reflexiona el especialista.
El registro del veterano, Jeremy McWilliams, estuvo en algún punto entre los otros dos pilotos, con un unas pulsaciones promedio de 164.
“El veterano tiene la experiencia de haber estado allí y haberlo hecho, eliminando parte del estrés emocional”, sugiere el experto. “Pero su ritmo cardíaco promedio de 164 representa el 96% de su capacidad máxima”.
Riesgos mortales
No importa cuan meticulosa es la preparación de un piloto, es imposible cubrir cualquier eventualidad. Hay una incertidumbre emocionante en cada carrera, y esta no fue la excepción.
El novato se tuvo que enfrentar a un perro corriendo al frente de él, lo que hizo que sus pulsaciones saltaran a 204.
Mientras que el veterano tuvo que lidiar con un compañero que se salió de su moto cuando iba a gran velocidad a pocos metros de él, lo que resultó en un gran pico de 220 pulsaciones por minuto.
En este tipo de carreras de carretera es vital tener buena fuerza muscular central.
“Los músculos centrales de un piloto tienen que soportar las fuerzas de aceleración y frenado, y tras varias vueltas esos músculos se cansan. Unos músculos cansados son más difíciles de controlar y pueden llevar a cometer más errores en la carrera”, dice el experto.
Minimizando los riesgos de cometer errores es imperativo en este tipo de competición, donde el error más pequeño puede tener consecuencias serias, e incluso fatales.
Roe pone los riesgos de estas carreras en términos crudos. “El tiempo de la reacción humana está entre 150 y 300 milisegundos. Si un piloto viaja a más de 300km/h, tiene un desplazamiento de 90 metros por segundo”.
“En un quinto de segundo que le tome reaccionar, él se habrá desplazado 18 metros. Esto significa que si cualquier cosa inesperada ocurre a 20 metros de un piloto, un accidente a alta velocidad puede ser inevitable”.
“Es importante entrenar para estar entre las 160, 170 y 180 pulsaciones por minuto. Hay que entrenar el corazón para la zona en particular que vas a estar cuando compites”, explica Alastair Seeley, quien ganó la carrera de Superbike de la North West en 2012.
Fuente: BBC