Gabriel Espinoza: El Rol LGBT en las elecciones

Sin categorizar a los ciudadanos por su condición de género o preferencias sexuales, atomizándolos a una unidimensionalidad que reduce al electorado sólo a una pequeña temática y no a todo el gran conflicto ni alternativas políticas que afectan los otros espacios y dimensiones de su cotidianidad. Y en cierta manera haciendo caso al llamado de Simonetti “Si quiere un país pluralista y diverso, no vote Udi” debemos preguntarnos Qué nos ofrecen en materia de derechos civiles LGBT los candidatos presidenciales?

Porque la temática LGBT (Lesbian, Gay, Bisexual, Transexual) no sólo es relevante si sus intereses (como ciudadano) están involucrados de manera directa, porque los derechos civiles LGBT trascienden a la temática misma y se instauran como el paso necesario para avanzar en el campo de los derechos civiles en términos universales. Yendo desde el aborto (sin excepción, dando total y completo control de las mujeres sobre su cuerpo) hasta temáticas propias como el matrimonio igualitario,  adopción homoparental o la ley de identidad de género. Además de develar un problema que quizás nos ha quedado en el tintero (tanto a legisladores como en términos de ciudadanía); el escaso avance en materia de derechos civiles. Probablemente cerrado bajo siete llave después de la construcción de un estado hiper-represivo y conservador (heredero de la visión dictatorial de ciudadanía) que tiembla al cuestionar la orientación sexual de sus propios gestores (véase el caso de Jaime Guzmán con la bastante decente película de Mateo Iribarren  e Ignacio Santa Cruz) o el rol de los migrantes intrarregionales como agentes económicos ( y más) activos en la última década.
Porque no hablamos solamente de empleo, educación o salud cuando nos referimos a temáticas país. Porque los derechos civiles están secuestrados desde la instrumentalización absurda que reside en problemas que pensábamos resueltos (estado efectivamente laico hasta grupos de presión conservadores). Porque los derechos civiles no son una “problemática” y mientras no sean vistos de otra forma, difícilmente serán superados problemas de otra índole. Y – finalmente – no porque usted los tenga garantizados, y en ese caso sólo podemos hablar de hombre chileno heterosexual con empleo (porque hablar de mujeres, migrantes, niños, etnias originarias o personas con orientaciones sexual o construcción de género no inscrita dentro de la dicotomía “masculino” – “Femenino”, ni hablar) significa que todos los puedan hacer valer de manera efectiva.

Hasta el momento, según la fundación “Iguales” sólo dos candidatos cuentan con un programa decente, amplio e inclusivo dentro de esta temática, y precisamente no son ninguno de los tres con mayor intención de voto.
 

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