Columna del sacerdote Hugo Tagle: "¡Todos a votar!"

¡Me encanta la democracia! El mejor sistema, el más humano, el que más dignifica a la persona y a la sociedad. Por lo mismo, debemos cuidarla y construirla todos juntos. Nadie sobra. La opinión, el voto, de cada cual es muy importante. Su voto es importante. 

Según la ley el voto es voluntario, pero es un deber moral ejercer este derecho. Invito a mis queridos lectores a cumplir con su deber de votar y realizar un esfuerzo de discernimiento, votar el domingo, y así contribuir con su grano de arena a una patria más feliz, solidaria y justa. Es un hecho inédito la gran cantidad de candidatos, lo que habla bien del sistema, de sus ofertas y la variedad de propuestas. De usted depende que los elegidos tengan una buena base electoral para poder desempeñar bien su labor de servicio público.

Algunos criterios relevantes a considerar antes de votar.

Un aspecto importante para tener en cuenta es que la paz social es obra de la justicia. La sociedad chilena sigue herida por vergonzosas brechas que excluyen a miles de compatriotas de las condiciones necesarias para su desarrollo integral. Los obispos invitan a todos los católicos y hombres de buena voluntad a considerar este aspecto al momento de votar. Dicen en su carta con motivo de las elecciones: “La precariedad no solo afecta a los sectores más pobres y vulnerables, sino también a la clase media. Nos referimos, entre otras realidades, a la posibilidad de acceder a una vivienda digna; a un sistema de salud pública eficiente y de trato humano; a la situación de profesionales y técnicos que no logran un empleo digno después de años de sacrificios como estudiantes; a la situación de los jubilados y adultos mayores. En otros escenarios del diario acontecer, constatamos con preocupación la violencia del narcotráfico y la trata de personas; también hemos señalado la necesidad de abordar la situación de los pueblos originarios y la falta de políticas sociales para acoger a los inmigrantes de pueblos hermanos. Creemos que se debe promover el acceso y la calidad de la educación, respetando la libertad de enseñanza, así como la tarea y decisión prioritaria de los padres, que pueden y deben colaborar a la educación de sus hijos, también en lo económico y, a la vez, favorecer la igualdad de oportunidades para no perpetuar la desigualdad y generar un clima de perturbación social”.

Otro aspecto importante es el de la valoración y la defensa incondicional de la vida, desde su concepción hasta su fin natural.  “Atentar contra la vida en gestación o en su fase terminal, así como el atropello contra los derechos humanos, jamás podrá tener como efecto un beneficio”, dicen los obispos.

Y todo candidato debe mostrar un claro apoyo a la familia, comunidad de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer. Para los creyentes hay en la naturaleza humana un designio de Dios que no puede eludirse. La familia es la célula básica de la sociedad. Esto no es impedimento para que se asuman otras realidades familiares que están lejos de este ideal pero que también necesitan ser iluminadas y, sobre todo, acompañadas en la caridad y en la verdad.

Que el Domingo 17 sea una fiesta de la democracia, un ejemplo de cultura cívica, amor a la patria y afán de construir una sociedad más justa, fraterna y feliz.

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