Columna del sacerdote Hugo Tagle: "¿Drogas? No gracias"

Ha hecho ruido esto de la propuesta de despenalizar el consumo y tráfico de marihuana, al menos en pequeñas cantidades.  Me permito dar un par de puntos de reflexión ante la propuesta y ofrecer otros distintos, en relación a la prevención y educación en torno al consumo de drogas. Lo primero de todo, agradezco que se coloque sobre el tapete de discusión un tema complejo, que tendemos a esconder y ante el que nos escudamos cínicamente como sociedad, aduciendo que “está prohibido” y con ello, tan traquilos. Jugamos a la política de la avestruz, descansamos en una supuesta “fuerza de la ley”, mientras campean los traficantes de droga y abusan de los más débiles. Como muy bien dijo el capellán del Hogar de Cristo Pablo Walker sj, en una entrevista: “Se cree que por penalizar una conducta, ésta desaparece o el problema está resuelto”. Sin duda el tráfico y consumo de drogas, particularmente el de la marihuana, hay que abordarlo más decididamente ya que se ve que las actuales medidas no alcanzan para combatir este flagelo. Uno de los problemas es que están pagando el precio del tráfico de estupefacientes los más pobres entre los pobres: mujeres, jóvenes, incluso niños. A la hora de hacer redadas, caen siempre los mismos. No los peces gordos que mueven esta faraónica industria del mal.  Más de la mitad de las mujeres presas en Chile lo están por micro tráfico de drogas. Ancianas, abuelitas, madres de familia. Todo por caer en redes de tráfico, donde ellas son el eslabón más débil de esta cadena demoníaca, de la cual solo conocemos a quien se encuentra en la punta del iceberg, pero no se llega a sus raíces. ¿Qué hacer ante esta lacra? Lo primero, desincentivar la demanda. Mejorar políticas de educación hablando mejor y más de lo que ya sabemos: la droga es muerte. Es falsa la distinción entre drogas blandas y duras. Al final del día, lo son todas. Esto incluye mejorar las políticas que buscan tomar mayor conciencia ante el consumo excesivo de alcohol. Algo hemos avanzado en ese sentido. La ley de tolerancia cero en el consumo de alcohol ya habla de que, cuando se hacen bien las cosas, la gente responde. Tenemos que hacernos a la idea de que el combate contra las drogas será parte de una tarea perenne, en que cada generación deberá volver a asumir esta bandera de educación y prevención en forma más creativa, decidida y astuta. Pero sí nos debemos centrar, más que en quien consume, en el que trafica y lucra con la muerte. A esos hay que perseguirlos con mayor severidad. Éste Domingo comenzamos el Adviento. Tiempo de espera para el nacimiento de Jesús ¡No hay navidad sin Jesús! Prepare un bonito pesebre, un buen árbol, para que el Señor nazca en sus corazones.

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