Columna de Katherine Urrutia: El regalo prometido

Con una nueva celebración de Navidad, podemos escuchar en las noticias que algunos juguetes se agotaron a principio de diciembre… Entonces ¿qué podemos hacer con ese regalo prometido?

Normalmente corremos todo el día por distintas razones: Trabajo, estudios, compromisos y muchos más y al llegar esta época, la avalancha humana agolpa todas las famosas “picadas” donde pretendemos encontrar ese regalo que puede marcar una sonrisa en nuestros niños.

Normalmente los padres prometen muchas cosas durante el año a los niños y como chiste cruel, esas promesas se replican en cada hogar, ya que cada año, se agotan los mismos juguetes que al siguiente año quedan olvidados en los estantes de supermercados, tiendas y juguetería.

La pregunta es ¿existirá algún tipo de magia en el marketing, que los niños cambian y se inclinan por un juguete especifico? Solo eso podría explicar el fenómeno “regalo prometido”. Lo peor es que muchos padres quedan peor que hijos y las desesperanza y caras largas ocupan el lugar de la fe y alegría que tendría que ser lo medular de estas fechas.

Consejo navideño: comparta con sus hijos y seres queridos como si cada minuto fuera el último, no se llene de promesas falsas. Secuestre a sus hijos de los videojuegos y llévelos al parque o una plaza, suba el ánimo de sus méritos y sentimientos y baje al consumismo.

Muchas veces el mejor regalo es ese que no podemos envolver con papeles y cintas, ya que una sonrisa, un abrazo y un cariño, quedará en la memoria mucho más que el regalo que se agota y olvida al año siguiente.

FELIZ NAVIDAD A TODOS

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