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"Si no paro de drogarme, estoy seguro de que voy a morir": Seymour Hoffman

Semanas antes de su muerte, el actor aseguró a un grupo de amigos que no podía dejar la heroína.

Frente a un destino trágico, el actor Philip Seymour Hoffman aceptó en una reunión con amigos que había vuelto a la heroína y que no podía dejarla.

Fuentes cercanas a Seymour Hoffman, consultadas por TMZ, aseguraron que el actor temía que su final fuera morir debido a esta droga, tal como finalmente sucedió.

“Philip aseguraba que la dejaba unos cuantos días, pero volvía a recaer”, señaló la fuente.

En un intento desesperado de limpiarse, regresó a rehabilitación, pero la medida no funcionó.

Durante las últimas 6 semanas a menudo se le veía desaliñado y sucio. En un momento alguien le preguntó qué tan grave era su problema y él respondió: “Si no me detengo, sé que voy a morir“.

De acuerdo a news.com.au antes de su muerte, Hoffman había sido obligado a abandonar el departamento que compartía con su pareja, la ganadora del Oscar, Mimi O´Donell, quien descubrió su regreso a las drogas.

Fuentes cercanas a O´Donell declararon al sitio que ella había demostrado verdadero amor hacia el actor, tratándo de ayudarlo a dejar la heroína.

Fue en este momento cuando Hoffman comenzó a rentar el departamento de 10 mil dólares en donde se le encontró muerto.

De acuerdo a las autoridades, Hoffman ya había alcanzado otro nivel en su drogadicción pues ya no sólo se inyectaba la heroína si no también la inhalaba, lo que en Estados Unidos es conocido como “red liner”.

En el hogar se encontraron de entre 40 a 50 sobres de drogas algunos marcados como “Ace of Spades” y “Bud Ice”, drogas que se encuentra, particularmente, en la Costa Este de Estads Unidos.

A esto se le suma su excesivo consumo de alcohol y Oxycotin, esta última recetada para controlar el dolor que sienten los adictos en tratamiento.

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