Columna de libros: “Las pulsaciones de la derrota” de Damaris Calderón

Este poemario de Damaris Calderón me ha dejado pensando en la palabra pulsaciones, es decir, los latidos producidos por la sangre que corre por las venas. La derrota, entonces, no es algo sencillo, sino que interfiere con la vida, con los latidos de nuestro corazón, se mantiene viva si no logra ser acallada y la forma de acallarla no es simplemente dar vuelta la página u olvidar, porque a pesar del tiempo las pulsaciones pueden seguir vivas. Calderón comienza el poema del mismo nombre de la siguiente manera: “Ella: ________” (90), como diciendo que ahí es donde debemos poner un nombre, tal vez el nuestro o el de mujeres que conocemos. Ella está contando una historia que se reactualiza en nuevas derrotas, nuevos sufrimientos. 

El ser humano, y la mujer, ya que hay una clara conciencia de género en sus versos, es frágil, vulnerable, el mundo más allá del cuerpo propio es agresivo; sin embargo, permanece “El fiero rostro no domado” (91). En el poemario hay tanto trazas de la derrota como del levantarse de nuevo. Las primeras se observan en las mujeres que avanzan de espaldas y en la idea de desaparecer que recorre las páginas: que una desaparezca hasta que no quede recuerdo alguno, sino que todo haya sido borrado. Pero al mismo tiempo la hablante sacraliza a los derrotados, los pequeños gestos cotidianos. Así propone la figura de Pedro, quien, aunque negó tres veces, se convirtió en piedra de la iglesia. 

Estas ideas son recogidas, en general, desde lo mínimo, poemas de versos cortos, en que el espacio vacío de la página se hace patente y puede ser leído también como aquello borrado. Es en esos versos cortados, separados, aislados, en los que Calderón logra una mayor tensión con la idea de la pulsación, la derrota y el desaparecer. En otros casos, alcanza casi un nivel de narratividad, en que las estrofas se convierten más bien en párrafos. En estos párrafos encontramos una voz que parece más propia, en el sentido de que pareciera que la hablante (¿o deberíamos decir la narradora?) está hablando más sobre sí misma, casi en forma de manifiesto, que sobre las pulsaciones de una derrota compartida desde antes de que este fuera Chile. 

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Calderón Campos, Damaris. Las pulsaciones de la derrota. Santiago: LOM Ediciones, 2013. 

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