Columna de Raúl Sohr: "Corea: fricciones rituales"

Cada tanto Corea del Sur y del Norte realizan despliegues de fuerza. Seúl suele hacerlo a través de masivos ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos. Es lo que ocurre en estos momentos en que se realizan amplias maniobras que durarán hasta el 18 de abril. Washington sabe que los  norcoreanos temen a su presencia en la península y que expresarán su rechazo. 

Pyongyang no falló y esta semana su  artillería  lanzó una andanada de 500 disparos, durante tres horas, hacia el mar. Algunos tiros cayeron en aguas territoriales de su vecino austral. Según la Agencia Central de Noticias, vocera oficial del régimen, la demostración fue para “enfrentar la grave situación creada por la política hostil de Estados Unidos”. 

En Corea del Sur, de acuerdo a sus nuevas reglas de enfrentamiento, la respuesta fue inmediata y consistió en 300 tiros de artillería también hacia el mar. Ambas partes fueron cuidadosas de no dañar personas o bienes del otro bando. Este es un  ritual que practican la dos coreas que técnicamente no están ni en guerra ni en paz pues no han firmado el fin de las hostilidades. 

Ello luego de la feroz guerra que libraron entre 1950 y 1953 en que además participó Estados Unidos y varios países occidentales bajo la bandera de Naciones Unidas. China tuvo un rol protagónico combatiendo junto a los norcoreanos. El resultado neto fue la división de la península además de un saldo de más tres millones de muertos. 

El año pasado visité Corea del Sur en uno de los períodos de tensión. Mientras Pyongyang disparaba misiles, la gente en Seúl seguía con sus vidas en total normalidad. Otro tanto, al parecer, ocurría  en el norte donde realizaban grandes eventos deportivos. Las fricciones coreanas causan inquietud a nivel internacional pero los nativos están acostumbrados a ellas.  La posibilidad de un conflicto mayor es muy remoto y  basta  dar una mirada a lo que se denomina la ecuación básica.  Cuáles son los medios políticos, económicos y militares a disposición de los bandos. 

En este caso ni siquiera vale la pena dar el listado de los arsenales ni el poderío económico de cada cual pues los norcoreanos están en una inferioridad absoluta.  La retórica incendiaria norcoreana y las salvas de artillería y misiles son pruebas de su debilidad y temor frente a sus adversarios.

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