Columna de Joel Poblete: "Cuatro eclécticos estrenos"

Como suele ocurrir en Chile, la carte- lera fílmica es irregular: a veces pasan meses completos sin ningún estreno de interés, y en otras ocasiones ocurre como esta semana, cuando debutan cuatro títulos muy distintos y cada uno merece su espacio, lo que nos obliga a comentarlos todos a la vez, aunque sea brevemente.

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Uno de los filmes más esperados del año por los cinéfilos, es “El Gran Hotel Budapest”, de Wes Anderson, que no deja de recibir elogios desde su estreno mundial en el Festival de Berlín. Y la espera valió la pena, porque en este chispeante y entretenido relato sobre las aventuras de un conserje y su discípulo en un fastuoso hotel europeo en los años 30, Anderson uno de los directores de culto de los últimos años despliega todo lo que estamos acostumbrados a disfrutar en su cine: una espléndida y detallista dirección de arte que luce homenajes a distintas expresiones artísticas, un ritmo ágil y fluido, una inimitable mezcla entre cuento infantil, humor absurdo, observación social y melancolía, una irresistible banda sonora de Alexandre Desplat y la comprometida labor de un elenco de lujo que incluye varios rostros habituales en la filmo- grafía “andersoniana”, encabezado ahora por un impecable Ralph Fiennes. Sin duda, un título encantador, al que muchos ya catalogan como lo mejor de su autor, mientras otros insisten en que la mejor sigue siendo “Los excéntricos Tenenbaums”; si fuera necesario caer en las inevitables comparaciones, creemos que como le ha pasado otras veces a Anderson, a este delicioso artefacto visual le faltó un poco más de emoción más allá de lo externo, y seguimos prefiriendo la notable “Rushmore”, y también “Fantastic Mr. Fox” y “Moonrise Kingdom”.

Otro director estadounidense de culto en el panorama actual es Darren Aronofsky (“Réquiem por un sueño”, “El luchador”), quien está de vuelta cuatro años después de recibir cinco nomina- ciones al Oscar con “El cisne negro”. Su sexto largometraje, “Noé”, es tal vez el más ambicioso y arriesgado de su filmografía junto con la sorprendente, irregular y de todos modos fascinante “La fuente de la vida”, de 2006, no exhibida comercialmente en Chile y con la que guarda más de un elemento en común al abordar una historia que mez- cla lo místico con una mirada a épocas históricas o legendarias.

Aronofsky cuenta ahora la muy conocida odisea de Noé y su arca, pero centrándose más en el drama familiar y en el mensaje ecologista; la visualidad de la película está muy bien lograda y apoyada por una estupenda banda sonora de Clint Mansell, el director resuelve dignamente la ineludible intervención divina y sus actores se lucen -en especial un inspirado Russell Crowe-, pero la historia se alarga mucho, esos curiosos seres de piedra llamados “vigilantes” parecen salidos de otra película, y su villano es demasiado cliché.

Comparada con otros filmes inspirados en historias bíblicas, es más moderna y estimulante, pero igual puede generar indiferencia en quienes no gustan de este tipo de producciones. Y en su primer largometraje como cineasta, “Don Jon”, el actor Joseph Gordon-Levitt (“500 días con ella”, “50/50”) además protagoniza y escribe esta cinta centrada en un machista adicto al porno que por primera vez intenta dejar su vicio al iniciar una relación estable con una sensual mujer encarnada por Scarlett Johansson. La idea del film es buena y prometedora y todo parte muy bien, con excelente ritmo y haciendo reír de buena gana con su parodia a cierto estilo de vida, el doble estándar moral y religioso y las relaciones contemporáneas, aunque por el camino su propuesta se siente demasiado exagerada y reiterativa, y no logra profundizar lo suficiente en sus personajes y situaciones; de todos modos, es un debut más que interesante.

A su vez, el estreno chileno de la semana, “Propaganda”, es un valioso documental político-social que agrupa registros de 19 directores (algunos de ellos ya reconocidos por filmes anteriores, como Fernando Lavanderos y Maite Alberdi) a diversos aspectos de la campaña presidencial del año pasado en Chile, centrándose en cinco candidatos: Bachelet, Matthei, MEO, Parisi y Roxana Miranda.

A lo largo de una hora, con imágenes captadas en distintos puntos del país y con Christopher Murray como director general, este primer largometraje del talentoso equipo que conforma MAFI (Mapa Fílmico de un País) es un collage de miradas que pese a estar dirigidas por distintos realizadores, posee unidad y coherencia visual y de estilo.

Captando desde el backstage del marketing político hasta los comentarios de la gente de la calle, pasando por los debates y entrevistas televisivas, no enjuicia ni entrega veredictos, optando por mostrar retazos y fragmentos y que el espectador saque sus propias conclusiones.

Y entremedio, hace reír de buena gana, pero también nos hace pensar y hasta emocionarnos con ese Chile que no siempre logra colarse en la televisión.

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