Juan Diego Santa Cruz: "Cuento Corto"

El slogan, la pachotada irreflexiva, la frase corta y el tuiteo se han apoderado de la política chilena hace un rato pero con mucha intensidad en el inicio del gobierno de la Presidenta Bachelet. El ministro Arenas dice que los que critican su reforma se equivocaron hace más de 20 años criticando la reforma tributaria del gobierno de don Patricio Aylwin y por lo tanto se van a equivocar ahora. Fin del cuento.

La UDI responde con unos panfletos dignos de 1988. Fin del cuento. Boric y Jackson proponen bajar el sueldo de los parlamentarios a la mitad, para que sea 20 veces el sueldo mínimo y no 40. Fin. Se le responde que ellos no han tenido aún familia, ni son casados y menos divorciados. Fin.

Me pregunto si no sería conveniente ver las cosas con más calma. Ya hay mucho en juego. Tomarse las cosas en serio porque es muy serio lo que se pretende llevar adelante. Alza impositiva, cambios en la Constitución y el sistema electoral y reforma educacional para empezar, es mucho para un gobierno. Es muchísimo por hacer, mucho más que la reforma previsional del primer gobierno de Bachelet, y la Concertación tiene la opción de hacerlo a las patadas y con la frase corta. Tienen los votos. El punto es si tendrán la legitimidad y si sus reformas perdurarán.

Resalta la diferencia que marca en esto la senadora de Amplitud, Lily Pérez, que tras su visita a la Moneda se muestra dispuesta a ser un puente entre gobierno y oposición. Cambia la cosa. Abrir el diálogo es urgente y bajar el tono también.

Las reformas que pretende impulsar Michelle Bachelet son demasiado importantes como para que el nivel del debate no salga de la frase corta y del slogan. Si el gobierno quiere dar legitimidad social a sus reformas bien haría con acoger la argumentación de sus opositores en al menos algún punto del debate. Creo que simplemente montar una pantomima del diálogo en el Congreso para finalmente aprobar todo tal como venía es reírse de la ciudadanía y de los propios diputados y senadores de la Concertación que querrán incluir sus puntos de vista en la reforma tributaria. El desfile de expositores por la Comisión de Hacienda es impresionante. Es gente preparada y con recorrido. Tal vez  algo se podrá modificar de la idea original. Parece lógico que si se escucha con atención y buena fe se podrá mejorar la reforma, ¿o no?

No me cabe duda que las nuevas autoridades se consideran tolerantes. En una columna reciente Mario Vargas Llosa  escribió “tolerancia quiere decir, simplemente, aceptar la posibilidad del error en las convicciones propias y de verdad en las ajenas.” Ojalá en el gobierno no piensen que la tolerancia es simplemente tragarse el desagrado de escuchar a sus opositores por interminables horas sentados en las comisiones en la Cámara y el Senado. Será mejor para el país que valoren posiciones como la de Amplitud que pretende hacer posible el entendimiento. Después de todo si a los parlamentarios se les priva de su función legisladora sólo les quedará la función fiscalizadora y tendremos un ambiente de cuento corto, infantil. Anoche me quedé dándole vuelta a esto porque  a veces es posible conseguir lo que uno quiere con la pachotada y la frase corta y creer que va a resultar siempre. Ayer a mi hijo de 3 años lo convencí de comer con el cuento del viejo del saco. Mi hijo de 6 años sólo reía a carcajadas, a él no le vienen con cuentos tan cortos.
 

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