Giorgio Jackson: "El modelo que tenemos es uno de los más ideológicos del mundo"

El diputado de Revolución Democrática por Santiago está liderando la campaña "Por mí y por todos mis compañeros", la que busca desmentir mitos que le han llegado a los apoderados. Habló con Publimetro y fue enfático en señalar que ciertas posiciones ideológicas no van a ceder, pero "que llegará el momento de tomar decisiones y de hacer pesar cuáles son las posiciones mayoritarias y minoritarias"

¿Cuál es el objetivo de la campaña “Por mí y por todos mis compañeros?
Desde hace más de un mes y medio hemos estado analizando el primero de los proyectos que ingresó a la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados -que tiene como objetivo terminar con el lucro en la educación, que la educación sea gratuita eliminando el copago y regular la admisión- y nos dimos cuenta inmediatamente de que había un factor contracultural asociado a propuestas que venían siendo promovidas desde hace bastantes años por el movimiento estudiantil, pero a la hora de materializarse sumado a la desinformación y a intereses cruzados le llegó información muy distinta a los papás y muchas veces falsa. Nuestra intención era mostrar a través una campaña didáctica y sencilla que no había que tenerle miedo a una discusión sobre cambios en la educación y que se necesita de que la solidaridad también sea la que cruce este debate.

¿Crees entonces que muchos mitos le han llegado a la gente?
Sí, muchas personas tienen ciertos temores y cuando van conociendo la información de los proyectos de ley de primera fuente se genera más tranquilidad, porque los habían asustado tanto desde sus establecimientos por desinformación o malintención. Les había llegado información errónea.

¿Pero por qué le ha llegado tanta información errada a la gente? ¿Por un error del Gobierno o porque ha habido gente que se ha encargado de eso?
Son distintos factores. Lo primero es que una reforma educacional donde se manda la modificación de cuatro cuerpos legales con muchos tecnicismos es algo complejo de comunicar. Pero ciertamente hay personas, sostenedores sobre todo, quienes probablemente están más cómodos con el sistema como está en la actualidad que con una reforma que les impida extraer las utilidades y tener que reinvertir todo los recursos en el proceso educativo. Obviamente hay muchos, no todos, pero hay muchos que intentan generar una posición de mayor negociación o derechamente desinformar a los apoderados.

¿Crees que sirve el plan de participación ciudadana del Gobierno para desmitificar?
Algo que es imprescindible y que el Gobierno acuso recibo de las críticas es que el primer proyecto no hubiera tenido espacios de participación y (por eso) es que precisamente ahora se establecieron mesas para los próximos proyectos, lo que me parece sumamente necesario, pero hay que ver que aquí también hay corresponsabilidad de toda la comunidad nacional de poder informarnos debidamente de lo que se está discutiendo si no son cosas sencillas ni triviales. Estamos hablando de que se quiere garantizar la educación para todos de manera igualitaria.

¿Faltó incluir a la gente a estos proyectos que ya ingresaron?
No es tarde. Todavía ni siquiera se ha votado el proyecto en primer trámite, estamos recién escuchando a las audiencias y probablemente vayan a ingresar varias indicaciones. El proyecto es perfectible a pesar de que a mí me gustaría de que se preservara y se profundizaran algunos puntos en cuanto a la igualdad del derecho a la educación que tienen distintas personas, pero no podemos quedarnos con este proyecto. Van a entrar más y ojalá la gente quede entusiasmada para participar en sus comunidades educativas. A los legisladores nos pueden hacer llegar cosas.

¿Pero cómo ves todo lo que se viene entonces?
El plano de la educación es un plano donde se definen los principios y valores que una sociedad pretende plasmar. Durante mucho tiempo, ya van más de 30 años, el modelo educativo ha estado marcado por una ideología que no fue discutida, sino implantada por un modelo donde no había democracia si no una dictadura. Es necesario que este proceso sea lo más abierto posible. Estamos acogiendo a muchas personas en audiencias y yo espero que los principios que rigen al sistema educativo cambien para que no podamos decir que las desigualdades que vienen desde la cuna se repliquen en el modelo educativo.

¿Pero cómo hacer que estos principios primen?
La discusión sobre la reforma es una discusión de ideologías y el modelo que tenemos ahora es uno de los más ideológicos del mundo en términos de su concepción y la preponderancia que le de al mercado para ser motor del sistema educativo. Hacer del sistema chileno uno que se parezca más a los otros sistemas del mundo me parece a mí que es una discusión necesaria, pero siempre van a haber personas que son creyentes casi dogmáticas del mercado y la democracia da el espacio para que todos estén presentes. Pero llegará el momento de tomar decisiones y de hacer pesar cuáles son las posiciones mayoritarias y minoritarias. La ciudadanía ya ha dicho cuáles son los cambios que quiere.

¿Entonces la discusión que se dará en el Congreso será de principios? ¿Cómo se resguarda que no se produzcan acuerdos a puertas cerradas que no respeten esos principios de la mayoría?
Más que ver el proceso en el aula misma tiene que ver con cómo entendemos la garantía del derecho a la educación y ahí hay personas que delegan esa responsabilidad al mercado y otras que creemos que entre todos tenemos que cuidarnos para que nunca se vulnere ese derecho. La gente ya no quiere acuerdos a puertas cerradas y espera, por el contrario, poder participar. Eso hay que respetarlo y no se pueden quebrar las confianzas.

 

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