Columna de Álvaro Elizalde: "Participación ciudadana para una mejor Democracia"

En los últimos años hemos sido testigos de uno de los procesos más interesantes y estimulantes de la política nacional: el nuevo protagonismo de los ciudadanos y de sus organizaciones en la escena pública. Los estudiantes fueron los primeros en movilizarse, pero no han sido los únicos, ni la educación la única causa, ni Santiago la única ciudad donde los ciudadanos han salido a manifestarse a las calles.

Las organizaciones de la sociedad civil han logrado espacios de participación que tenemos que valorar.

Una ciudadanía más empoderada y consciente le hace bien al país. La formulación de políticas públicas requiere de un sólido trabajo técnico, pero también requiere de diálogo, de participación, de escuchar a los ciudadanos y a sus organizaciones. Las profundas reformas que estamos llevando a cabo serán exitosas y perdurables si cuentan con un amplio respaldo ciudadano.

Este mayor protagonismo de la sociedad civil ha ido acompañado por políticas públicas que lo asumen y lo estimulan, en un proceso que no ha sido fácil.

La ley 20.500, referida a la participación ciudadana en la gestión pública, tuvo una larguísima tramitación. Su tramitación se inició en junio de 2004, pero fue promulgada recién en febrero de 2011. Esta ley creó Consejos de la Sociedad Civil en todos los ministerios y servicios públicos nacionales, así como en los municipios.

El gobierno de la Presidenta Bachelet está trabajando para completar ese proceso en los ministerios y municipios, así como a revisar algunos donde el nombramiento de los representantes de la sociedad civil no fue debidamente consultado con los involucrados. Además, vamos a constituir un Consejo Nacional para el Fortalecimiento de la Sociedad Civil y la Participación Ciudadana y vamos a aumentar los actuales mecanismos de consulta.

Una gestión política moderna tiene que ser transparente, informada y con participación de la gente, pero ella no se logra sólo por “decreto”: tenemos que ampliar la capacidad de diálogo en todas las direcciones y en especial de las instituciones públicas con los ciudadanos, porque ahí está la base para lograr cambios arraigados en la sociedad y bienvenidos por todos, porque todos los sienten como propios. La participación ciudadana es imprescindible para una mejor democracia.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

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