Columna de Raúl Sohr: Gaza: ¿quién ganó la guerra?

Es una vieja máxima de la guerra disimular las derrotar y ampliar las victorias. Los manuales de guerra dedican capítulos a la conveniencia de maquillar la realidad para lograr una imagen de triunfo.  El general francés André Beaufré escribió al respecto: “Las operaciones han de ser llevadas con la preocupación constante de conseguir un efecto sicológico en el enemigo y la población. Los fracasos han de ser ocultados y compensados con éxitos más importantes”.    

En Gaza viene de entrar en efecto un cese del fuego indefinido tras 50 días de conflicto. La reacción de los milicianos de Hamas fue volcarse a las calles y disparar sus armas al aire para celebrar lo que consideran una victoria. La balacera fue de tal magnitud que murió una persona y 50 quedaron heridas alcanzadas por los proyectiles. En forma más reservada el gobierno israelí proclamó que había logrado sus objetivos.

Lo real es que la asolada Franja sufrió un castigo descomunal: 2.200 muertos, la mayoría de ellos civiles según Naciones Unidas. El ejército israelí tiene otra versión: más de la mitad correspondería a milicianos islamistas. Más de diez mil heridos y más de cien mil personas perdieron sus hogares. 

En Israel se registraron 70 muertos de los cuales 64 fueron soldados. Las zonas próximas a Gaza vieron una ola de personas que se alejaron del peligro de túneles y disparos de morteros. 

El texto del cese del fuego propuesto por Egipto no contiene nada realmente nuevo. Los términos son similares a  iniciativas anteriores. Se habla de una apertura de los cruces fronterizos para permitir el paso de ayuda humanitaria.

De allí a la libertad de movimiento exigida por Hamas hay una gran distancia. La posibilidad de contar con un puerto y un aeropuerto quedó sujeta a negociaciones futuras al igual que la liberación de prisioneros palestinos.

Uno de los avances concretos fue la ampliación de la zona marítima en que se permitirá la pesca a los gazatíes. Los israelíes, a su vez, tienen la sensación que dieron una paliza a sus adversarios pero nada ha cambiado.

Esta guerra  sería una más, la novena, que libran contra algún vecino. Muchos se preguntan cuánto tiempo tomará antes que deban enfrentar la siguiente. Así como están las cosas no hay un vencedor sino que, en realidad, todos perdieron. 

Los términos del cese del fuego indefinido son una base para concluir la fase activa de la guerra.

Pero, en realidad, las condiciones para una solución de largo plazo son más frágiles que hace un par de meses. Las muertes y la destrucción sembraron amargura y desconfianza. Las negociaciones para pasar del cese del fuego a un acuerdo estable será un proceso duro y peligroso.

 

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