Osvaldo Andrade y conflicto PC-DC: "No hay que meterse en pleitos de casados"

El presidente del Partido Socialista (PS), Osvaldo Andrade, sacó al baile una materia que otros políticos de la Nueva Mayoría pretendían esconder bajo el mantel: los conflictos internos que mantienen enfrentados al Partido Comunista (PC) y la Democracia Cristiana (DC). Y para ello, comparó la relación que existe entre ambos bloques con un matrimonio.

“No hay que meterse en pleitos de casados”, dijo el timonel del PS y agregó que “siempre los matrimonios son complejos”, bajándole el perfil así a la guerra de declaraciones que mantiene al PC y la DC sentdos en mesas distantes en ese casamiento.

“Tenemos un contrato y los contratos hay que cumplirlos. Éste se llama programa, Gobierno de Bachelet y eso hay que terminarlo”, dijo el líder de la bancada socialista, reiterando la necesidad de unión en la Nueva Mayoría. 

Estas declaraciones se realizaron a la salida del comité político de los lunes que organiza el bloque oficialista para analizar la contingencia política. En esta ocasión la reunión estaba dirigida por el Ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo y participaba en él, además, el Ministro Secretario General de Gobierno, Álvaro Elizalde.

Conflicto entre “los pajes”

El principal conflicto entre el PC y la DC, dos participantes de este matrimonio, ocurrió luego que el Gobierno decidiera mantener a Eduardo Contreras en su puesto como embajador, tras las polémicas frases que entregó al medio charrúa, La Diaria.

El espaldarazo del Gobierno hizo que la DC, a través de su presidente Ignacio Walker, dejara de bailar la danza de los novios y comenzara a criticar al PC. Por su parte, en representación de la bancada de izquierda apareció Karol Cariola, quien criticó la posición que ha adoptado Walker en las votaciones relativas a la reforma de educación.

Ante esto, Andrade aclaró que “parece ser que en este caso no es necesaria que exista mediación”, continuando así con la metáfora del matrimonio. Sin embargo el panorama que se vislumba es mucho más complejo, sobre todo porque lejos de calmar las aguas, su golpeteo de copa hizo más ruido que el que se necesita para anunciar un brindis. Porque todo indica que la Nueva Mayoría, al menos al inicio de esta semana, no está de ánimos para el vals.

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