El día de ayer, Amanda Bynes abandonó el hospital de Los Ángeles en el que fue internada contra su voluntad hace dos semanas. De acuerdo con el blog “Jezebel”, fue un oficial quien declaró que la joven actriz estaba en condición estable y que ella debía decidir si proceder con su tratamiento o si detenerlo. Bynes decidió cancelarlo.
El sitio de espectáculos “TMZ” reveló que: “Amanda caminó por Sunset Boulevard buscando un lugar donde quedarse. Fue a un restaurante donde ordenó mucha comida que procedió a devorar […]. Habló un poco con el mesero y aseguró sentirse avergonzada, pues se había sometido a un tratamiento facial que la obligaba a utilizar una banda sobre la cara. Amanda estaba sola en el restaurante y habló consigo misma”.
Su salida del hospital siquiátrico es sorpresiva considerando que los médicos habían recomendado que permaneciera dentro del lugar durante 30 días. Los padres de Amanda la hospitalizaron hace dos semanas, después de que la actriz fue sorprendida conduciendo un automóvil bajo la influencia de estupefacientes. Además, Bynes robó una tienda de Nueva York y acusó a su padre de violación (declaración que retractó posteriormente).
En la galería: Amanda Bynes, de inocente niña a adulto rebelde
