Columna vertebral de Felipe Avello: Vegetariano

Soy vegetariano desde hace un buen tiempo.

Desde hace poco tiempo la verdad.

La verdad no soy vegetariano.

No soy vegetariano, pero llevo dos años fingiendo que lo soy. La culpa es de mi señora, Andrea se llama, ella es vegetariana y animalista comprometida. Como ella es la que cocina en la casa, y no cocina carne, empecé a ser vegetariano, pero sólo en el hogar. Por fuera seguí siendo carnívoro.

Como no tengo hijos, ni quiero tenernos, acepté alojar en el departamento todos los gatos que mi esposa quisiera. Ella pertenece a una agrupación que rescata gatos y perros abandonados y les busca un hogar. Yo con tal de no tener hijos soy capaz de llevar un puma a mi casa (igual daría menos problema que un hijo).

En el edificio donde vivimos no dejan tener perros, por lo que sólo adoptamos gatos. Ya tenemos cinco. Andrea esta feliz, es que ella es muy muy animalista. Es tan animalista que una vez encontró en la tina una araña de rincón, y en vez de matarla, la metió a un frasco y la soltó en la calle. Lo malo que al frente del edificio funciona un jardín infantil.

Un día me llamaron de un diario de la competencia. Querían que les contara sobre mi labor como rescastista de animales abandonados. Le explique a la muchacha que llamó, que le habían dado mal el dato, y que era mi señora la que se dedicaba a eso, que yo sólo la apoyaba. “Mejor entrevístala a ella”, le recomendé. La mujer insistió que en la entrevista debía hacérmela a mí, ya que mi señora no era conocida, ni salía en televisión. Le encontré razón. 

Al día siguiente, durante más de una hora le conté por teléfono de la labor de la agrupación, de cuantos animales hemos rescatado, del abandono y el maltrato que sufren, de como les buscamos un hogar, de las jornadas de esterilización. Al final le dije todo lo que mi señora me dijo que dijera.  

Estaba terminando la entrevista, cuando me preguntó, como al pasar, si yo era vegetariano. No supe que contestar. Si ayudo tanto a los animales, es obvio que debo ser vegetariano, pensé; pero no puedo ser tan mentiroso. Ya me había sentido mal cuando le dije que siempre iba a las jornadas de adopción, cuando la verdad sólo fui la vez que animaba el encuentro Maura Rivera, figura de la televisión y reconocida animalista (siempre me ha gustado). No sabía que responder, y Andrea no estaba para asesorarme, (había salido a comprar comida para lo gatos). La periodista al otro lado del teléfono esperaba mi respuesta. 

“Sí, por supuesto, soy vegetariano, mi señora y yo, desde hace varios años, además nos amamos mucho”, contesté al fin, convencido.

Al día siguiente el articulo fue publicado. Pusieron una foto mía con un gato sobre la espalda. (yo mismo se las mandé). Andrea quedó feliz.

Pasaron un par de días. Casi ya me había olvidado de la entrevista, cuando pasé por afuera del “Lomits”, un local de sandwich que queda en Providencia. Me senté en las mesitas de afuera. Al verme, el mozo se acercó. Yo tenía mucha hambre, pero me acordé de la entrevista y me contuve. Quería pedirle un lomito italiano o un chacarero, una vienesa completa, pero… ¿Qué pasa si el mozo o alguien de los que estaba ahí, en las otras mesas, a mi lado, leyó el diario, donde yo aparecía diciendo que era vegetariano?. No iba a quedar como un mentiroso.

“Tráigame un vodka tónica y una porción de maní”, le pedí al mozo. Eran las 12 am. Preferí quedar como un alcohólico, pero no como un chanta.

Eso fue en marzo 2012. Desde ese día, hasta hoy, soy vegetariano en público. Al principio me costó, pero con el correr de los meses me fui acostumbrando. Y Andrea esta feliz.

fin.

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