Poco más de cinco horas estuvieron reunidos los máximos representantes de la Nueva Mayoría en el Palacio de La Moneda, luego que el Gobierno citara a un “comité político ampliado” cuya finalidad sería, principalmente, analizar la agenda legislativa y evaluar las prioridades de los próximos meses.
Aunque, en el oficialismo se sabía que había un tema adicional, no menor, del que se iba a conversar en la instancia: la división interna del bloque a consecuencia de una serie de declaraciones cruzadas entre los partidos que ha provocado en más de una ocasión la intervención del ejecutivo para calmar los ánimos.
De hecho, el ministro Secretario General de Gobierno, Álvaro Elizalde, anticipó lo que sería esta jornada al reconocer este domingo que “los parlamentarios de la Nueva Mayoría han apoyado sistemáticamente los proyectos del Gobierno, por eso todos debemos cuidar el lenguaje para no genera esta falsa sensación de que tuviéramos mayores diferencias de las que realmente existen”. Una señal más que evidente de lo que se venía.
La cita fue presidida por el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, quien estuvo acompañado de los jefes de bancada y los presidentes de los partidos políticos que conforman la Nueva Mayoría. Además de ellos, la presidenta del Senado, Isabel Allende, y el titular de la Cámara de Diputados, Aldo Cornejo, también concurrieron al evento.
Un 2015 con nueva Constitución y mejor economía
Al finalizar el comité político, el ministro Peñailillo leyó una declaración en que aseguró que existe unidad al interior del oficialismo y que los futuros proyectos del 2015 propenderán a beneficiar a las familias chilenas.
Por ello, dijo la autoridad, la dinamización de la economía, la seguridad ciudadana, la educación, la salud pública y el transporte, serán las prioridades del Gobierno durante el próximo año.
Uno de los puntos relevantes que explicó Peñailillo, además, fue que durante el 2015 se dará inicio a un “proceso democrático, participativo e institucional que nos permita formular una nueva Constitución”.
“Es importante para la vida cívica del país desterrar el lenguaje agresivo y confrontaciones que en nada contribuyen a la calidad de nuestra democracia y al diálogo civilizado entre Gobierno y oposición”, sentenció Peñailillo.
