Columna de Felipe Kast: Populismo en el Congreso

El 2014 fue mi primer año en el Congreso. Hay quienes disfrutan profundamente el mundo parlamentario. En lo personal prefiero estar más cerca de la acción. Por lo mismo fue especialmente gratificante trabajar desde el Ejecutivo en la reconstrucción después del 27-F, y en la creación del Ministerio de Desarrollo Social y del Ingreso Ético Familiar. La labor en el Congreso es sumamente relevante, y por lo mismo, he optado por participar en ella, pero una de las cosas que más me preocupa es ver un creciente nivel de populismo en sus salones. Casi nadie se atreve a decir algo que no tenga apoyo en las encuestas, y pero aún, muchos están dispuestos a proponer cosas absurdas simplemente para buscar mayor popularidad.

A continuación les ilustro esta realidad con dos simples ejemplos: los “proyectos de acuerdo”, que es una máquina de populismo, y el proyecto de los “estacionamientos gratis”.

¿Qué son los proyectos de acuerdo? En el Congreso todas las semanas dedicamos aproximadamente el 20% del tiempo en la sala hablando y votando iniciativas parlamentarias que son humo. No son leyes, no obligan a nadie, no tienen presupuesto, no pasa nada. Es aire. Son la simple expresión de un “deseo” por parte del Congreso.

Un ejemplo real del año pasado: “Pedimos a la Presidenta que el Transantiago sea gratis (o más barato) para los adultos mayores”. Y luego el diputado sale en su distrito haciendo propagando diciendo que le aprobaron este proyecto de acuerdo. El 2014 se votaron en sala 260 “proyectos de acuerdo”. Todos ellos quedaron guardados en un cajón. ¿Acaso no es ésta una herramienta sistemática para promover el populismo y engañar a los votantes?

Este año espero presentar un proyecto para terminar con esta mala práctica. Debemos limitar los proyectos de acuerdos exclusivamente a posiciones políticas del Congreso en materias que no impliquen mayor presupuesto fiscal.

Un segundo ejemplo de populismo ocurrió la semana pasada en la comisión de Economía cuando dos diputados de la Nueva Mayoría presentaron un proyecto de ley para obligar a todos los establecimientos comerciales a entregar dos horas de estacionamiento gratis, independientemente de si compran en ese local o no. Convengamos que la idea es muy popular, y electoralmente ha sido muy rentable para ellos. Les ha permitido a estos dos parlamentarios ser entrevistados reiteradamente en televisión. A primera vista la idea suena bien (esa es la gracia del populismo), pero lo cierto es que es populismo puro. ¿Por qué? Porque el estacionamiento nunca va a ser gratis. Hoy esos centros comerciales ganan recursos con esos estacionamientos, y si no pueden cobrar por esas dos horas van a subir los precios para compensar la pérdida, y al final del día quienes van a esos centros comerciales en transporte público van a terminar pagando la ”gratuidad” a quienes vayan en auto. Cualquier estudiante de primer año de Economía podría haberle explicado a los diputados esta idea, y personalmente lo intenté, pero no me fue bien. La iniciativa fue aprobada por la Nueva Mayoría. Una vez más ganó el populismo y perdió el análisis riguroso de los efectos de nuestras políticas.

Mi intención con esta columna es hacer un llamado a cultivar el pensamiento crítico, y que entre todos los actores sociales podamos condenar todo acto de populismo en la política. Un Chile moderno no merece que los políticos traten infantilmente a los ciudadanos, y menos aún que los ciudadanos guarden silencio frente a estas actitudes.

LAS OPINIONES AQUÍ EXPRESADAS NO SON RESPONSABILIDAD DE PUBLIMETRO

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