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Sevilla se volvió a vestir de gloria en la Europa League. El combinado español venció 3-2 en la final al Dnipro Dnipropetrovsk, en un partido en el que Carlos Bacca se consolidó como la figura del torneo.
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El colombiano marcó dos dianas, una de ellas el gol del título. De esta manera, fue catalogado como el jugador más importante del segundo torneo de clubes más valioso del Viejo Continente.
La historia de Bacca, quien seguramente estará en la mira de los mejores clubes del mundo para la siguiente temporada, es particular.
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Hasta hace apenas seis años, el oriundo de Puerto Colombia se ganaba la vida al lado de su papá como pescador. También generaba dinero como ayudante de un autobús.
El delantero combinaba sus trabajos con el fútbol. Desde pequeño jugó en las categorías inferiores de Barranquilla, pero las pocas oportunidades lo llevaron al balompié venezolano con el Minervén de la segunda división, club al que ascendió.
Pero no jugó en el máximo circuito venezolano, pues decidió regresar a Colombia. En 2008, volvió al Barranquilla, después se mudó al Junior, hasta que fue adquirido por el Brujas de Bégica en 2011.
Sus buenas actuaciones en el combinado belga lo llevaron al Sevilla, club con el que acaba de lograr el bicampeonato de la Europa League, con dos anotaciones suyas en la final que valieron el título y siendo el tercer mejor anotador del torneo.