No deja de preocuparme la antigua tradición de regalar. Siempre es bueno que te regalen, pero cuando uno es quien debe escoger el presente la cosa se pone mal. Entonces, cómo decidir, dónde ir, evitar aglomeraciones, esquivar el tránsito, todas variables importantísimas que afectarán de una u otra forma el resultado final, en este caso, con que terminarás entre las manos envuelto en papel de fiesta. He decidido de manera permanente que todos mis regalos serán en torno a la gastronomía, es el medio donde me desenvuelvo y probablemente me permite tomar las mejores decisiones con conocimiento de causa.
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Éste es el punto de inflexión de mi metodología del regalo donde apuesto por encontrar un buen proveedor y tengo uno que no me falla.
Coquinaria es un mercadito que hace algunos años existe en el subsuelo del Hotel W, pero hoy ya cuenta con dos nuevas tiendas.
Sin desesperar, ahí encuentro de todo, desde una sartén hasta caviar iraní, desde chorizos a exquisitas galletas traídas de Francia.
Es digno de destacar la calidad de los elementos que se exhiben en vitrina, probablemente insuperable. Es ahí cuando te das cuenta que el regalo es, después de todo, un rito social que exige un desgaste, no sólo monetario, sino que mental, temporal, emocional.
Lo mejor de Coquinaria es que su comedor funciona en horario continuado y desde muy temprano. Entonces hay que aprovechar, regalo en mano y con un peso menos en mi espalda, me siento llamado por el aroma del café y el sonido de la vajilla mañanera. Es imperdible el brunch ofrecido, un desayuno de campeones, junto a mi pandilla nos divertimos con yogur y granola, muchas galletas y miel.
Las opciones en bebidas son extensas. La tetera de mi mujer, un espectáculo del filtrado, o juguete para mi hijo. Personal diligente nos orienta y recomienda la opción principal, aunque yo lo tenía claro: huevos benedictinos con jamón y tocino bañados en una escandalosa salsa holandesa que me gusta mucho ver en los desayunos. Perfectos, denotan la expertise en el preparado.
Mientras llegaba más gente al salón comedor, mi mujer trataba de tomar una decisión que resultó ser muy acertada y deliciosa: la cremosidad de su croque madame nos dejó muy contentos, el sanguchito de jamón y queso bañado en salsa de queso gruyere aseguraba las energías necesarias para el resto de la jornada.
En resumen, lo que todos pensábamos sería una odisea llena de desencanto se transformó en la lúdica combinación de regalos y desayuno, un deporte nuevo que no quiero dejar de practicar.
Coordenadas: Coquinaria, Alonso de Córdova 2437, Vitacura. Teléfono 02 23073000
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