Lo más destacado de inédita cuenta pública del Congreso

Con un mea culpa por los escándalos de corrupción que conmueven a la política chilena y promesas de redención para recobrar la confianza ciudadana, las autoridades del Congreso presentaron durante este martes por primera vez una cuenta pública de su gestión.

Medidas de mayor probidad y transparencia y cambios de fondo en la financiación y gestión de la actividad política fueron el factor común en los discursos de los presidentes de la Cámara de Diputados, Marco Antonio Núñez, y del Senado, Patricio Walker, durante la ceremonia.

“Muchas veces no hemos estado a la altura de lo que la ciudadanía espera de nosotros”, admitió Walker, mientras ambos remarcaron la necesidad de reforzar el control de la ética parlamentaria y congelar las dietas.

“Acordamos pedir a la Presidenta de la República que no haya ajuste de la dieta para ministros, parlamentarios y para quienes están en el tramo superior de la escala de remuneraciones, y así dar un gesto concreto de austeridad en nuestro país”, precisó.

Núñez, en tanto, anunció “la pérdida del escaño o del cargo de representación popular” en los casos de mal uso de recursos públicos.

La presidenta Michelle Bachelet encabezó a las autoridades presentes en la ceremonia, concretada tras la promulgación, el pasado 13 de julio, de una ley que establece una cuenta pública anual de las autoridades del Legislativo, por primera vez desde que el prócer de la Independencia José Miguel Carrera creó el Congreso chileno el 4 de julio de 1811.

La norma surgió a propuesta del Gobierno con el objetivo de legitimar la democracia, en el marco de una agenda que ha impulsado Bachelet para superar la crisis de confianza ciudadana que afecta a las instituciones políticas chilenas.

Congresistas desaforados y llevados a juicio por mal uso de fondos públicos, por presuntos delitos de cohecho o por la financiación ilegal de campañas electorales han marcado en los últimos meses la actividad política, con el consiguiente descrédito ciudadano.

Los escándalos han alcanzado a la propia presidenta Bachelet, cuyo hijo, Sebastián Dávalos, aparece implicado junto a su esposa en un negocio inmobiliario que es investigado por presunto uso de información privilegiada y tráfico de influencias.

“En este escenario de cambio, los actores políticos debemos desarrollar una actitud de escucha: este es un tiempo de oír”, afirmó Walker, para quien “con apertura, acogida y transparencia podemos ayudar a reducir la distancia que las personas sienten en relación al Parlamento”.

“Es la hora de pasar de los lamentos a la acción”, añadió y aseguró que el Senado “ha iniciado ya un proceso de revisión de sus procesos administrativos”.

“Hay que aprovechar esta crisis de confianza como una oportunidad para hacer cambios importantes”, sentenció y manifestó su convicción “de que estamos frente a una enorme oportunidad de hacer las cosas bien”.

Walker admitió la necesidad de “optimizar el proceso de tramitación legislativa”, para lo cual anunció que junto a la Cámara de Diputados se convocará a una comisión de académicos y juristas que en un plazo de tres meses deberá presentar un conjunto de propuestas destinadas a modernizar el proceso de generación de las leyes.

Asimismo, planteó la necesidad de establecer la dedicación exclusiva de los parlamentarios, tras conocerse casos de congresistas que hacían asesorías pagadas a empresas.

Sobre la influencia del dinero en la política, Núñez remarcó la necesidad de erradicarla.

“El financiamiento de nuestras campañas debe ser fundamentalmente público, sin ninguna posibilidad de que lo realicen empresas que nos endeuden”, dijo , subrayando que “es urgente separar la influencia del dinero en la política y en los asuntos públicos de la democracia”

“Nunca es tarde cuando la probidad, la justicia, el bienestar y la igualdad de oportunidades están en juego”, aseveró y opinó que entre los parlamentarios “debe existir un compromiso personal y colectivo de dar el ejemplo y no hacerse parte nunca más de las malas prácticas que socavan la democracia”.

En el Gobierno, el ministro del Interior, Jorge Burgos, elogió que las autoridades parlamentarias “se hagan cargo del malestar de la gente”, y consideró que si es necesario “hay que construir una muralla china” para separar el dinero de la política.

En tanto, el portavoz de La Moneda, el ministro Marcelo Díaz, destacó los anuncios de Walker y Núñez para aumentar la transparencia del quehacer público y planteó que la agenda de probidad de Bachelet “debe tener un resultado muy concreto, un cambio muy profundo y radical de cómo se hace la política”.

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