Tras polémica Ezzati-Errázuriz: ¿Qué gana el Gobierno al ir al Te Deum?

La ceremonia está marcada por la filtración de correos entre ambos cardinales respecto a cómo manejar el caso Karadima ante los fieles

Este jueves 17 de septiembre se realizará el tradicional Te Deum ecuménico, ceremonia católica que se celebra en Chile desde 1811 y que reune a altas autoridades de Gobierno e Iglesia en un mismo punto.

Este año, la realización de la ceremonia está marcada por la contingencia que afecta al cardenal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati y su intercambio de correos con su par y arzobispo emérito Francisco Javier Errázuriz respecto a cómo se debía manejar las denuncias sobre abuso sexual que pesaban sobre el padre Fernando Karadima y que terminó con acciones en los tribunales de Justicia.

Ante este escenario, varios políticos se plantearon la posibilidad de marginarse del evento católico. Sin embargo, el vocero Marcelo Díaz confirmó que la Presidenta Michelle Bachelet participará finalmente de este evento, sin importar quien dirige la ceremonia.  

¿Qué gana con ello?

“No es que consiga algo, es parte de las tradiciones. Hay dos eventos políticos para Fiestas Patrias: uno es el Te Deum y el otro es la Parada Militar. Pese a que formalmente hay separación entre iglesia y Estado, esta ceremonia es una tradición que tiene 200 años de historia y es muy difícil que el Gobierno no vaya”, dice el analista político Patricio Navia.

Algo similar cree su par Alberto Mayol, quien asegura que “no hay ningún negocio de popularidad en esta actividad, lo único que está en juego es la imagen de una correlación de poder. La Iglesia tenía un poder muy elevado y hoy el Gobierno tiene la posibilidad de hablar de igual a igual o incluso desde arriba hacia abajo, lo que le permite una cierta gestión, pero no es probable que le permita hacer algo para aumentar su popularidad”.

Y pese a que la contingencia permite indicar que algunos políticos se marginarían del evento si es que la ceremonia está dirigida por Ricardo Ezzati, para ambos analistas la decisión de participar del Gobierno fue algo que se esperaba.

“Si la Presidenta decidía no ir, se provoca una pelea innecesaria con la Iglesia”, dice Patricio Navia indicando que las bajas cifras conseguidas por Michelle Bachelet en las encuestas no permiten darse ese lujo.

“El Gobierno no tenía mucha posibilidades de hacer algo distinto”, agrega el profesor de Ciencias Sociales de la Usach, Alberto Mayol.

No solo es coyuntura

Pese a que todo indica que el problema entre la Iglesia y la política se debió a la coyuntura creada por los correos que se filtraron entre Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz, para el profesor Mayol esto podría generar una transformación mucho más profunda.

“Yo creo que la situación que en un principio planteó genera una crisis que puede transformarse en estructural, para la iglesia y no para el Gobierno, pues se genera un problema de legitimidad respecto a cual es el fundamento que permite legitimar el hecho que haya un discurso moral sobre la situación política del país”, dice.

“Eventualmente puede transformarse en un cambio pues tras esto las autoridades podrían llegar incluso a analizar la idea de crear un Estado más laico. Esa es una oportunidad para quienes creen que en Chile debe haber una separación más profunda del Estado con la Iglesia”, dice Mayol.

Y aunque cree que este escenario podría convertirse en el origen de una división mucho más lejana entre ambos entes, dice que el cambio, de gestarse, se vería en el largo plazo. “No creo que este Gobierno tenga interés en meterse en este lío”, dice, recibiendo el respaldo de su colega, Patricio Navia. “El Gobierno, por ningún motivo está con la idea de romper esto”, finaliza.

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