Columna de Maya Fernández: Formación cívica en los establecimientos educacionales

El escenario político en que actualmente se encuentra nuestro país es complejo, la percepción ciudadana de nuestras instituciones políticas y administrativas se ha visto afectada por diversos actos que atentan contra la transparencia y probidad. A pesar de ello, tenemos como país tremendos potenciales para salir adelante y superar estos difíciles momentos. La juventud es parte de ese potencial de nuestro país, y está llamada a participar en la revitalización de nuestra democracia.
   
El debate sobre la formación cívica en nuestro sistema educativo es de la máxima relevancia para nuestro sistema democrático. Se requiere una ciudadanía empoderada, que influya y participe de la realidad en que vive, que sea consciente de sus derechos y deberes. Para lograrlo es necesario educar.
 
No podemos desconocer el rol fundamental que juegan las familias y las escuelas en este proceso de formación ciudadana. Son en estos espacios donde los niños y jóvenes forman sus criterios y valores cívicos, adquiriendo las herramientas y conocimientos para desenvolverse en el transcurso de su vida.
 
Los establecimientos educativos deben tener un Plan de Formación Ciudadana en los niveles de enseñanza parvularia, básica y media para desarrollar los valores democráticos y de convivencia cívica de la actual y futura sociedad. Necesitamos una educación que garantice y promueva el sentido de cooperación entre las personas a la hora de interactuar y/o resolver sus conflictos. Esto es clave para promover los valores cívicos en los jóvenes.

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En esta línea, comparto plenamente los objetivos que se buscan con el Plan de Formación Ciudadana que está proponiendo el Gobierno. Primero, enseñar sobre los derechos y las instituciones que deben garantizarlos, como nuestros deberes como ciudadanos. Segundo, educar en la expresión de las diferencias en forma responsable para desarrollar la capacidad crítica y propositiva.  Tercero, promover la participación en organizaciones de la sociedad civil en las que puedan desarrollar sus intereses por problemáticas comunes que afectan a la sociedad.

Este es un primer avance en la búsqueda de una democracia participativa y responsable, no podemos arrastrar a las actuales y futuras generaciones a ser postergadas de la construcción del país en que quieren vivir.  Es nuestro deber como Estado entregar todas las herramientas y conocimientos para que los jóvenes puedan ser agentes activos de sus propias transformaciones. Solamente pensando en el futuro podremos superar las dificultades actuales.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

 

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