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Diego Maradona una vez más demostró que lo que bien se aprende jamás se olvida.
El excrack argentino participó en un partido amistoso en Marruecos en honor a los soldados caídos del país africano y enseño que aún mantiene el toque privilegiado que lo llevó a levantar la Copa del Mundo en México 1986.
A sus 55 años y con algunos kilos de más, el “Pelusa” fue el protagonista del encuentro, que tuvo su climax cuando mandó el balón a las redes.
Con una velocidad lenta, Maradona recortó hacia el centro y disparó al poste más lejano para dar una muestra más de su magia.