Columna de Felipe Harboe: Pare, mire y compare

Lamentablemente la Navidad se ha transformado en una época de compras y gastos excesivos. Pareciera que es deber de todo adulto el comprar lo que está de moda aun cuando no se tengan los recursos suficientes. Una fecha donde las tarjetas de débito y crédito se transforman en nuestros mejores aliados para adquirir todo lo que postergamos durante el año.

Comprar en sí mismo no es malo. Reactiva la economía, permite satisfacer una necesidad (a veces suntuaria) y demostrar cariño a un tercero. El problema se produce cuando se recurre al crédito para comprar ese producto que tanto queremos y no conocemos nuestra verdadera capacidad de pago. Una mala decisión de endeudamiento puede generar angustia futura al no poder pagar oportunamente las deudas contraídas. Por ello es que si va a comprar, le sugiero seguir algunos consejos:

Determine un presupuesto total para gastos de Navidad; luego divídalos por la cantidad de regalos que requiere comprar (así sabrá el costo aproximado que podrá disponer para cada regalo). Luego, si va a comprar con tarjeta de crédito o de casa comercial, lo más importante es que se fije en el CTC (costo total del crédito) es decir, usted ANTES de comprar debe saber cuánto le va a salir esa compra al final del crédito. Esto es importante porque en algunas ocasiones un crédito cuya cuota mensual es más baja que la de su competencia, puede terminar siendo más caro al tratarse de un mayor número de cuotas (no es lo mismo 24 cuotas de $10.990, que 36 cuotas de $9.990). Mientras el primero suma al final $263.760, en la segunda alternativa usted estará pagando $359.640.

Otro tema relevante es observar la tasa de interés aplicada al crédito. Así por ejemplo, los giros en dinero en efectivo de las tarjetas de casa comercial tienen mayor interés que las compras hechas con la misma tarjeta, y entre ellas los valores son muy distintos. Por eso. Fíjese bien. La idea es que en esta Navidad si va a comprar, lo haga informado(a), compare los precios de los productos y si necesita endeudarse,

ágalo de forma tal que la felicidad del 24 por la noche no se le transforme en angustia de pago el 25 por la mañana frente a la deuda contraída. Mientras más información tenga, mejor será su compra y mayor será la satisfacción de haber hecho algo que no le afectará su capacidad de pago en el futuro o no le significará una catástrofe financiera frente a una eventualidad.
 

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