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El sábado, Arabia Saudita (de gobierno sunita) ejecutó a 47 personas chiítas, entre las que se encontraba un importante clérigo opositor, con el argumento de estar implicadas en actos de terrorismo. La reacción de la población chiíta en Irán, que implica a más del 80% de los musulmanes, fue atacar la embajada saudí en dicho país. El corte de relaciones ha tensado el ambiente en el mundo islámico, donde las diferencias entre estas dos corrientes se originaron en la muerte del profeta Mahoma. Para entender el conflicto, es necesario tener en cuenta estos cinco aspectos:
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1. El origen de la división: Este está relacionado con la sucesión del profeta Mahoma. Para los chiítas, el líder de los musulmanes (llamado califa, figura que concentra tanto el poder político como religioso) debiese ser alguien que descienda directamente de la familia del profeta, ya que el parentesco por sangre era visto como una señal suficiente. Los chiítas apoyaban, en este sentido, a Alí, sobrino y yerno del profeta, quien asumió después de la muerte del profeta, en un periodo turbulento. Para los sunitas que son mayoría, en cambio, la cabeza del califato debía ser elegida por los miembros de la comunidad musulmana, estando en contra del legado por sangre. De todas formas, el tema de la sucesión de Mahoma es ambiguo.
2. Relación con el Corán: Los sunitas reconocen, además de al Corán, a la Sunna como base de sus creencias. La Sunna es una colección de dichos y hechos atribuidos a Mahoma, relatados de forma oral. Los sunitas explican con extractos de la Sunna su posición de que el líder debiese ser elegido. Los chiítas, en cambio, reconocen la Sunna pero le otorgan importancia máxima al Corán como fuente de la Ley.
3. Países chiíta y sunitas: La presencia chiíta en el mundo árabe es mayoritaria principalmente en dos países: Irák e Irán. En cambio, en casi todos los países musulmanes del mundo, los sunitas son mayoría. En alguno de ellos, las comunidades chiítas alcanzan a ser de un 15% del total.
Se han dado casos en que los gobiernos de países sunitas son chiítas, y viceversa. El caso más cercano es Irak, luego de que en 2004 tras la intervención estadounidense y la caída de Sadam Hussein, se estableciera un gobierno sunita, lo que ha traído inestabilidad a la región desde entonces.
4. Grupos terroristas: La única agrupación de vertiente chiíta es Hezbolá, que nació en Líbano luego de la intervención israelí de 1982. Tanto al Qaeda como el Isis son sunitas, y se han dedicado casi exclusivamente a atacar puntos simbólicos y claves de los chiítas. Muchos de los chiítas tienden a unirse a las fuerzas estatales, por lo que suelen enfrentar a los grupos extremistas. La aparición del Isis, sunita, y sus intenciones expansionistas y absolutistas, ha hecho que chiítas y algunos sunitas se unan en contra de este enemigo común.
5. El último capítulo: La tensión entre Arabia Saudita (sunitas) e Irán (chiíta) por el control del Golfo Pérsico no es nueva. La ejecución del clérigo chiíta, que había sido condenado en 2014 y que cuyo juicio fue calificado por Amnistía Internacional como “injusto”, tiene que ver con que en este país el chiísmo es considerado una herejía, pero también con el conflicto mencionado, en una región cuyas fronteras nacionales son consecuencia del colonialismo europeo.
PUB/FHA