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El jefe de Estado desveló primero una placa «en memoria de las víctimas del atentado terrorista contra la libertad de expresión» en la antigua sede de la revista satírica Charlie Hebdo.
En el ataque, cometido el 7 de enero, por los hermanos yihadistas Said y Cherif Kouachi, murieron once personas.
La placa tenía un error en el nombre del dibujante Georges Wolinski (que se escribe con i latina y no y griega al final) y la alcaldía de París anunció que sería corregido provisionalmente este mismo martes a la espera de una nueva placa definitiva.
La viuda de Wolinski, Maryse, dijo estar furiosa.
«Esta mañana cuando vi la ‘Y’, les aseguro que estaba furiosa», dijo a la televisión francesa Maryse. «A él no le gustaba nada cuando esto pasaba, eso lo puedo asegurar», agregó.
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Junto a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el primer ministro Manuel Valls, Hollande inauguró otra placa en un bulevar cercano donde un policía, Ahmed Merabet, fue abatido por los hermanos Kouachi.
El jefe de Estado desveló una tercera placa cerca del supermercado kósher del este de París, atacado el 9 de enero por el yihadista Amédy Coulibaly, que ejecutó a tres clientes y un empleado, todos ellos judíos. El texto rinde homenaje «a las víctimas del atentado antisemita del 9 de enero 2015».
Lassana Bathily, el trabajador musulmán que salvó a varios clientes escondiéndolos en las cámaras frigoríficas, dijo a la AFP que estaba triste por el recuerdo de las víctimas.
«En nuestros corazones estamos rindiendo un homenaje a las víctimas», dijo el inmigrante originario de Malí, que después recibió la nacionalidad francesa como reconocimiento.
Las tres ceremonias fueron muy breves y se respetó un minuto de silencio en presencia de las familias de las víctimas.
Los atentados de enero de 2015 dejaron un total de 17 muertos. Además de los fallecidos en Charlie Hebdo y en el supermercado kósher, una mujer policía fue asesinada por Coulibaly el 8 de enero en Montrouge, al sur de París. El sábado será inaugurada una placa en el lugar donde murió.
Entre las víctimas del ataque a Charlie Hebdo figuraban caricaturistas muy conocidos como Charb, el jefe de redacción, pero también el policía Franck Brinsolaro, su guardaespaldas.
Su viuda decidió poner una denuncia por «homicidio involuntario» y su abogado explicó que hubo «fallos» en los servicios de inteligencia. «Para mí Franck fue sacrificado, no hay otras palabras para decirlo. Veía los errores, lamentaba la falta de seguridad en los locales, decía que era un coladero», dijo Ingrid Brinsolaro el lunes en una entrevista a la prensa francesa.
En respuesta, el ministro del Interior Bernard Cazeneuve dijo este martes «respetar» la denuncia aunque aseguró que la seguridad de los locales de Charlie Hebdo era la adecuada.
– Incógnitas un año después –
Un año después, todavía quedan incógnitas sobre el arsenal que tenían los asesinos y sobre su vigilancia en los meses previos al ataque.
Los hermanos Kouachi, fichados por la policía y de los que se conocía su radicalización, estuvieron bajo escucha durante meses pero luego se abandonó su vigilancia. Por su parte Amédy Coulibaly estaba considerado por la policía como un delincuente común a pesar de su implicación en varios casos de islamismo que estaban en los tribunales.
«Sí, se nos pasó», reconoció el año pasado un miembro de la Dirección General de Seguridad Interior (DgsiI) que no quiso identificarse.
Las conmemoraciones culminarán el domingo en la Plaza de la República con una ceremonia de recuerdo de los muertos de enero pero también a los 130 fallecidos en los atentados del 13 de noviembre, los peores de la historia de Francia.
Ese día está prevista la instalación de un «árbol del recuerdo», un roble de diez metros de alto, en esta plaza convertida desde los atentados en lugar de homenaje a las víctimas.
El cantante Johnny Hallyday, acompañado de un guitarrista, interpretará la canción «Un dimanche de janvier» («Un domingo de enero») que recuerda las grandes manifestaciones del 11 de enero de 2015 en las que participaron cerca de cuatro millones de franceses.
Charlie Hebdo, cuyo humor provocador y a veces vulgar, ha tocado a todos los credos religiosos, las corrientes políticas e incluso el tabú de la muerte, publicará este miércoles una edición conmemorativa.
«Un año después, el asesino sigue suelto», dice la portada que muestra a un anciano con barba que corre con un fusil en la espalda.
En el editorial, Riss uno de los dibujantes que sobrevivió al ataque dijo que Charlie fue golpeado por «haberse atrevido a reírse de lo religioso».
Pero desde el atentado, «nunca tuvimos tantas ganas de romperles la cara a todos aquellos que soñaron con nuestra desaparición».
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