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¿Quiere ganar dinero rápido pero tiene mala suerte en los juegos de azar? Esta es una forma fácil de conseguirlo: vender chalecos reflectantes. Así al menos lo cuentan a Publimetro dos afortunados que vieron una oportunidad de negocios cuando se promulgó la ley que obliga a portar este elemento de seguridad. Dicen que las unidades de color amarillo chillón son grito y plata; tanto así que incluso en las bodegas están agotadas y avisan que están pidiendo más a China porque en el país ya no quedan.
“Si tú tenís las lucas ahora, está el negocio ahí”, confiesa Mauricio Chirino (45), ingeniero en informática que le dio el palo al gato al invertir en el chaleco. “Acá en Chile ya no quedan. Nosotros ya hicimos un encargo a China y estamos esperando que nos lleguen para empezar a venderlos en los próximos días”, dice.
Adelantándose a la jugada, junto a un socio creó el sitio web chalecoreflactante.cl, “reflactante con a, porque con e ya estaba registrado”. Esto fue antes que terminara 2015 y a través de la web comenzó a vender unidades a $3.500 con despacho incluido. Cuenta que trajo 10 mil unidades antes que se agotaran y que a fin de mes ya había ganado $1 millón y medio. Según él, los ingresos fueron moderados en comparación con otros que tuvieron la suerte de traer más unidades para vender.
“Yo conozco una persona que, en una semana, ganó $25 millones. No yo, porque o si no, no estaría aquí”, dice y agrega que “si tienes plata para invertir, fácilmente te puedes pagar una carrera de medicina en una universidad que no accedió a la gratuidad sólo con lo que ganaste en una semana”.
Daniela Robert, estilista a domicilio, también inició este negocio como una forma paralela de conseguir dinero. “Yo trabajé mucho tiempo en seguridad industrial y sabía quien tenía implemento de seguridad vial”, afirma quien vende los chalecos a través del Facebook Chalecos Reflectantes Chile.
Confiesa que compró a $1.000 cada unidad y, para obtener alguna ganancia, los vendió a $3.000. Su carga fue de 500 chalecos y se vendieron más rápido que el pan de las seis de la tarde.
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«No me imaginé el alcance que iba a tener esto” indicando que se le acabaron en una semana.
“Es súper rentable porque los compras barato. El tema es que la gente igual ahora se aprovecha de la demanda y los está vendiendo caro, pero yo creo que ese no es el camino. Yo, por ejemplo, voy a traer de afuera, los compro a $1.500 y podría fácil venderlos a $4.000. La gente está urgida y los va a comprar, pero no soy así. Entonces, cuando traiga los voy a vender al precio que corresponde”, aclara.
Como ya no tiene unidades para vender, viajará a otro país a comprarlos. “Hay gente que lo está pidiendo a China y esos se demoran varios días. Yo voy más cerca”, precisa sembrando también la duda de su proveedor. “No quiero que me maten la gallina de los huevos de oro”, dice.
¿Da para decirle «chao» al jefe? “No, no da para terminar con un trabajo porque esto va a dar hasta marzo o abril, máximo. Después ya llegan cargamento y los precios van a bajar y ahí queda el negocio”, aclara Daniela.
Ambos aclaran que tendrán unidades en los próximos días y que pueden contactarlos en su página web o en su sitio en Facebook. Realizan despachos previo acuerdo y piden paciencia por estos días, pues el chaleco ahora brilla, pero por su ausencia.