Opinión

Columna de Matías Godoy: “La colusión de los supermercados”

La Fiscalía Nacional Económica presentó un nuevo requerimiento de sanción por posible delito de colusión empresarial en Chile. Uno más a una larga lista que data desde el 2008. En un país que aún digiere la sistemática y perdurable concertación de precios en productos tissue, especialmente el papel higiénico, una vez más nos encontramos con el posible ilícito de colusión en perjuicio de la libre competencia y el bienestar de los consumidores. Sin embargo, este nuevo hecho sería aún más sensible. Las tres cadenas de supermercados imputadas se habrían coludido entre 2008 y 2011 para fijar los precios del pollo fresco, entre otros productos.

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La presunta colusión de los supermercados habría quedado al descubierto tras la investigación que llevó a cabo la Fiscalía en contra de Agrosuper, Ariztía, Don Pollo y la Asociación de Productores Avícolas de Chile, empresas y gremio que concentran casi la totalidad de la venta de pollo en Chile, en la denominada «Colusión de los Pollos». Estas empresas habrían concertado fijar metas de producción, de forma de generar escasez en el mercado minorista y así vender sus productos a mayores precios que en situación de competencia entre ellas.

En el marco de las diligencias de esta investigación se incautaron computadores y revisaron una serie de correos electrónicos. Parte de estos documentos dan cuenta de contactos sostenidos entre ejecutivos de supermercados y empresas proveedoras de pollos, revelando que los supermercados reclamaban por vía telefónica o por email a los proveedores la detección de precios inferiores en otros supermercados de la competencia, denunciando la violación de un acuerdo: no vender pollo bajo el precio de lista mayorista. El objetivo de estos contactos era que las empresas de pollo alertaran al otro supermercado sobre el incumplimiento del acuerdo, de forma tal que ajustaran sus precios.

 

Así, para que el acuerdo funcionara, las cadenas requeridas se monitoreaban constantemente entre ellas los precios de venta a público de la carne de pollo fresca, a través de personal interno y empresas externas contratadas para este fin. Lo preocupante es que la Fiscalía también dice poseer antecedentes que dan cuenta de modus operandi similares en relación a otros productos, además del pollo fresco.

La venta de pollo fresco representa un 10% de la compra de bienes «food» en supermercados minoristas. $1 de cada $10 pesos gastados en alimentos en un supermercado corresponden a la compra de pollo. Por otro lado, Cencosud, SMU y Walmart en conjunto concentraban el 92,5% de las ventas de supermercados. Es decir, casi todas las ventas del país. Esto implica que durante 2008 y 2011 los supermercados asociados a dichas emrpesas cobraban un 10% por pollo del total del presupuesto mensual destinado a supermercado, en circunstancias en que si hubiese habido competencia quizás el presupuesto mensual habría rendido más.

Nadie asumió culpas. La Fiscalía solicitó al Tribunal de Libre Competencia aplicar a cada cadena de supermercados la multa máxima contemplada en la ley para casos de colusión: 30 mil UTA, equivalentes a US$ 22,9 millones. Eso equivale a $935 pesos por cada chileno. Justo o no, más preguntas que respuestas. Dada la participación de supermercados en el posible ilícito, la pregunta principal es: ¿En qué otros productos se fijan precios en Chile?

 

 

 

 

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Matías Godoy Mercado

Director de Economía para todos – www.economiatodos.cl

 

 

 

 

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