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El envío de ayuda humanitaria a los habitantes de las ciudades sirias asediadas de Madaya, Fua y Kafraya, donde decenas de personas están al borde de la hambruna, comenzó este lunes, anunció el portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr).
Un convoy humanitario de 44 camiones abandonó Damasco rumbo a la ciudad rebelde de Madaya, situada a unos 40 kilómetros al oeste, donde cerca de 42.000 personas viven bajo el asedio de las fuerzas del régimen desde hace seis meses.
Poco antes, 21 camiones con ayuda humanitaria partieron de la capital siria para prestar ayuda a los 20.000 habitantes de las localidades chiitas de Fua y Kafraya, sitiadas por los rebeldes en la provincia de Idleb (noroeste).
Según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), 28 personas murieron de hambre desde el 1 de diciembre en Madaya, donde los habitantes describieron escenas de desesperación, con gente obligada a comer hierba o a pagar precios exorbitantes por la escasa comida que entra en la ciudad.
Los camiones enviados por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el Cicr y la Media Luna siria transportan comida, agua, leche para bebés, mantas, medicamentos y material quirúrgico. Será la primera vez que un convoy humanitario llegue a la ciudades rebeldes de Madaya, Fua y Kafraya desde el pasado 18 de octubre.
La ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (Osdh) aseguró que la situación es menos dramática en Fua y en Kafraya porque la aviación del régimen lanzó ahí cargamentos con comida. Sin embargo, los rebeldes no pudieron hacer lo mismo en Madaya.
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– Solicitud de ‘ayuda’ urgente –
MSF registró el domingo otras cinco muertes por inanición, incluida la de un niño de nueve años.
«Los médicos de MSF en la ciudad sitiada [de Madaya] tienen 10 pacientes en estado crítico de inanición que necesitan una hospitalización urgente», informó la organización.
«Más de 200 pacientes malnutridos podrían entrar en estado crítico y necesitar una hospitalización en la próxima semana si no llega la ayuda», añadió.
Otras 13 personas que trataron de escapar en busca de comida murieron al pisar las minas que rodean Madaya o por disparos de los francotiradores, según el OSDH, un grupo con sede en Reino Unido que cuenta con una extensa red de colaboradores en Siria.
La ONU y las organizaciones humanitarias han mostrado en numerosas ocasiones su preocupación por las zonas sitiadas o «difíciles de acceso» en el país.
La semana pasada, Naciones Unidas aseguró que sólo el 10% de la ayuda necesaria en esas áreas pudo ser entregada en 2015.
Más de 260.000 personas murieron desde el inicio del conflicto sirio en marzo de 2011, cuando el gobierno de Bashar al Asad reprimió a sangre y fuego una ola de protestas contra el ejecutivo.
– Niños fallecidos en provincia de Alepo –
El Osdh indicó, por otra parte, que al menos doce niños y tres adultos murieron cuando un bombardeo ruso golpeó su escuela, en una localidad siria rebelde en la provincia septentrional de Alepo.
El ataque también causó 20 heridos entre los alumnos y sus profesores, añadió esa fuente.
Rusia, uno de los principales aliados de Asad, comenzó en septiembre una campaña de bombardeos para apoyar al régimen sirio. El Kremlin siempre aseguró que su objetivo eran el grupo yihadista Estado Islámico (EI) y otras organizaciones «terroristas», calificando de «absurdas» las acusaciones de que sus ataques mataron a cientos de civiles.
Hay «una necesidad absoluta de que Siria y Rusia pongan fin a sus operaciones militares contra las poblaciones civiles, y sobre todo que cese el calvario de Madaya y todas las ciudades sirias sitiadas por el régimen», declaró este lunes el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.
En Ashrafiyé, un barrio del norte de la ciudad de Alepo controlado por el gobierno, tres niños murieron por disparos de cohetes lanzados por rebeldes, informó el Osdh.
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