Conocida la cifra de fallecidos por accidentes de tránsito durante el 2015 (la que llega a los 1.640 decesos) y sabiendo que este número se empina como la más alta en siete años, conviene aclarar que el crecimiento del parque automotor, va de la mano con el aumento de conductores irresponsables y que conducen con un nivel de agresividad altísima, sin medir las consecuencias que esto implica para el correcto y seguro flujo de tránsito.
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Sin embargo, es sabido –o al menos así se espera- que las responsabilidades de automovilistas, ciclistas y peatones, deben ser asumidas de manera conjunta, amigable y entendiendo que la correcta sinergia entre estos tres actores, ayudará de forma superlativa a disminuir los accidentes en las calles del país.
A la luz de estos hechos, queda claro que es una tarea urgente el que las autoridades asuman, íntegramente, el rol que les compete a la hora de hacer excelsos equipos de fiscalización para que, por ejemplo, los conductores no excedan los límites de velocidad tanto en zonas urbanas como rurales. También, que los ciclistas transiten por las ciclovías correspondientes y crucen con la luz verde del semáforo y que los peatones no caminen por las rutas construidas para quienes se movilizan en bicicleta. Y del mismo modo, se espera que no crucen por lugares que no estén habilitados.
A mi juicio, la seguridad vial es una temática que actualmente se está olvidando por completo y, prueba de ello, es la falta de políticas públicas serias y eficaces orientadas en esta dimensión.
Creo que en parte esto ha ocurrido por los constantes yerros del gobierno y la clase política en cuanto a la discusión en materia de la reforma laboral, educacional, tributaria y constitucional. Debates que si bien son legítimos y fundamentales, han provocado que se dejen de lado muchos temas urgentes que no están siendo abordados por las propias autoridades gubernamentales, así como tampoco por parte de los gobiernos regionales y los municipios.
Es hora de que entendamos, de una vez por todas, que la vida de una persona vale más que cualquier reforma hecha al voleo.
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