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«Estamos haciendo hasta lo imposible, pero hay causas o factores objetivos que seguramente van a impedir que eso se dé el 23» de marzo, dijo a la prensa Joaquín Gómez, negociador de paz del grupo comunista.
El jefe rebelde señaló que todavía restan por superar obstáculos en las conversaciones que sostienen con el gobierno desde hace más de tres años en Cuba, y con las que buscan poner fin a medio siglo de lucha armada.
«Hay escollos tan importantes como es el esclarecimiento y desmantelamiento del paramilitarismo», subrayó Gómez en alusión a los grupos clandestinos de ultraderecha que combaten a la guerrilla desde hace décadas.
De esa forma, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) dejaron en suspenso el compromiso que habían asumido el 23 de septiembre, junto con el presidente Juan Manuel Santos, de suscribir un acuerdo definitivo de paz seis meses después de esa fecha.
Santos sigue empeñado en concretar las negociaciones en los siguientes dos meses, pero la guerrilla insistió en las dificultades propias de los diálogos para cumplir ese plazo.
«No porque nosotros intencionalmente nos opongamos a que sea el 23 (de marzo), al contrario: hemos hecho un gran esfuerzo y lo vamos a seguir haciendo, pero son cosas que se le salen a uno de los manos», dijo Gómez.
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Las Farc y el gobierno han cerrado parcialmente cuatro de los seis puntos que acordaron de la negociación, y prevén alcanzar un convenio en los dos últimos: el desarme de los rebeldes y la implementación y refrendación de los acuerdos.
PUB/IAM