Pablo Contreras Pérez
PUBLICIDAD
El viernes pasado el Senado aprobó y despachó el proyecto que postergó el inicio de la obligatoriedad de cotizar para los trabajadores independientes.
Si originalmente la reforma previsional de 2008 fijó el este año como el inicio de este deber, con lo legislado por el Congreso, el plazo para que las personas renuncian a imponer fue extendido hasta 2018.
Pero ¿qué cambió en este tiempo para que se realizara esta modificación? Consultado por esto, desde el Ministerio del Trabajo explicaron que el cambio se planteó porque constataron dos fenómenos desde que se legisló esto hace ocho años: «se han producido dos fenómenos: por un lado ha aumentado en más del doble el número de trabajadores independientes que emiten boletas de honorarios, pero al mismo tiempo, un número mayoritario y creciente de estos contribuyentes renuncian al deber de cotizar según establece la ley de 2008″.
PUBLICIDAD
Por otro lado, en la cartera que encabeza Ximena Rincón destacaron que dentro de las ventajas que incluyó esta ley son que «permite separar la cotización previsional de las cotizaciones de salud común y laboral. De manera que el trabajador independiente ahora podrá cotizar ellas sin necesidad de tener que cotizar obligatoriamente para su pensión».
Junto con lo anterior desde el Gobierno resaltaron que este periodo hasta que sí se ponga en marcha la obligatoriedad «permitirá ampliar la difusión y la educación de los trabajadores independientes acerca del sistema de pensiones, lo que es vital para que éste funcione».
«Podría generar un incentivo extra al consumo»
«Pueden haber diversos motivos para esta postergación en la cotización obligatoria», señala Francisco Aravena, economista del Centro de Economía Aplicada de la Universidad San Sebastián (USS).
Y una de ellas sería la situación económica actual. «Existe un escenario de bastante incertidumbre en el último tiempo, donde se proyectan bajas en los salarios reales», por lo que apunta a que el que los trabajadores aún no se vean obligados a cotizar «podría generar un incentivo extra al consumo», esto frente a «proyecciones de crecimiento no son tan favorables».
Pero si la discusión de ahora es lo baja de las actuales pensiones ¿no resulta contraproducente la medida? «De todas maneras», enfatiza Aravena y añade que «de hecho, uno de los grandes problemas de no acelerar esta medida es que en el largo plazo, las personas tengan lagunas de cotización muchos más grandes«.
En definitiva, el académico de la USS explica que esta medida es ventajosa para estos trabajadores independientes, en el corto plazo, ya que les estás dando la libertad a las personas de elegir o no y a corto plazo las personas van a ver más ventajas, sobre todo en un periodo donde probablemente necesiten más ingresos«.
Pese a ello, Aravena advierte que «en el largo plazo, uno podría ver costos, porque las personas difícilmente tienen consciencia del ahorro, porque nadie se proyecta a 40 años adelante. En ese contexto uno podría evaluar algunos costos futuros en rentabilidades de esos montos que no se están ahorrando ahora».
DP/PCP