En la Isla de Pascua, ubicada a tres mil 700 kilómetros (dos mil 300 millas) al oeste de las costas chilenas. Arqueólogos del Easter Island Statue Project demostraron que los moáis no son solo grandes cabezas. Para ello estudiaron las esculturas ubicadas en el volcán Rano Raraku. El equipo excavó algunas de las estatuas y las investigaciones demostraron que los moáis tenían cuerpo y fueron colocados sobre pedestales de piedra. Además, no fue el hombre quien las cubrió de tierra, sino la acción del tiempo y de los elementos. Por último, se localizaron restos de pintura, lo que sugiere que los moáis estaban decorados.
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