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Oriente Medio y, por defecto, el mundo entero, es un lugar más seguro con la entrada en vigor este sábado del acuerdo nuclear que dificulta que Irán desarrolle armas atómicas, según coincidieron hoy las potencias que negociaron este pacto.
«Hoy, EEUU, sus amigos y aliados en Oriente Medio, y en todo el mundo, están más seguros porque la amenaza de una bomba nuclear se ha reducido», aseveró el secretario de Estado de Estados Unidos en Viena, después de confirmar que Irán había cumplido los requisitos para que el acuerdo, cerrado el pasado julio, pudiera aplicarse ya.
Kerry recordó que ese pacto, que reduce las dimensiones y el alcance del programa atómico iraní, ha logrado que aumente de dos o tres meses a al menos un año el tiempo teórico que Teherán necesitaría para fabricar un arma atómica.
Además de desmantelar su capacidad técnica para fabricar combustible nuclear, tanto uranio como plutonio, susceptible de ser usado en una bomba, Irán permitirá un régimen de inspecciones mucho más severo a toda la cadena de su programa atómico.
Tan severo que, incluso si el régimen de los ayatolás tratará de fabricar la bomba, no podría hacerlo en secreto.
«Si Irán alguna vez decide hacer esto, gracias a los pasos de este acuerdo, lo sabríamos inmediatamente y tendríamos el tiempo para responder de forma correspondiente», agregó.
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Kerry reconoció los esfuerzos y concesiones aceptados por Irán que, recordó, «muchas personas dudaban que fuera a dar».
Unos esfuerzos que se han visto recompensados con el levantamiento de buena parte de las sanciones que ahogan la economía iraní desde hace año y la mantenías apartada de los circuitos comerciales y financieros internacionales.
«A cambio de los pasos que Irán ha dado, EEUU y la UE van a levantar de inmediato las sanciones relacionadas con el programa nuclear iraní», resumió el secretario de Estado.
Entre las más importante, el fin del embargo al petróleo iraní, la principal fuente de divisas para Irán, y el acceso a decenas de miles de millones de dólares congelados en el extranjero.
En un comunicado conjunto, la jefa de la diplomacia de la Unión Europa, Federica Mogherini, y el ministro de Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, destacaron que este acuerdo histórico «demuestra que con voluntad política y través de la diplomacia multilateral se pueden resolver los asuntos más difíciles».
Kerry también se manifestó en ese sentido, en un claro mensaje a quienes critican, tanto en Washington como fuera, que Estados Unidos se haya sentado a negociar con su «archienemigo».
«Hemos demostrado por que la diplomacia tiene que ser la primera opción, y la guerra la última», sentenció.
De hecho, la negociación entre la comunidad internacional de Irán, que arrancó en noviembre de 2013, ha permitido escenas como la de los ministros de Exteriores de EEUU e Irán, dos países sin relaciones diplomáticas y enfrentados desde 1979, sentados juntos en una mesa de negociación.
Un ruptura del hielo diplomático que se ha manifestado también en un intercambio de prisioneros histórico.
Cinco ciudadanos estadounidenses encarcelados en Irán, entre ellos el corresponsal del diario estadounidense «Washington Post» en Teherán, y siete iraníes condenados o esperando juicio en Estados Unidos, han sido puestos hoy en libertad.
A partir de ahora, el Organismo Internacional de Energía Atómica será el encargado de verificar que Irán cumple el acuerdo y que sus esfuerzos nucleares no van más allá, como afirma Teherán, de objetivos energéticos y científicos.
El OIEA empleará una sofisticada maquinaria para poder controlar permanentemente que el uranio que Irán enriquece no supera la pureza del 3,67 por ciento pactada con las grandes potencias.
Una limitación que permitirá a Irán usar la tecnología nuclear con fines pacíficos pero cerrándole la posibilidad de emplearlo en armas nucleares.