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Columna de Hugo Tagle: Lecciones de Santa Marta

Marta es la hermana de María y Lázaro, primos de Jesús. Un simpático pasaje de los evangelios nos relata una visita de Jesús a sus primas en que María, preocupada de escuchar a Jesús, deja las labores domésticas a Marta. Ésta, molesta, le dice a Jesús «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado servir sola? Dile, pues, que me ayude». Jesús le reprocha que sólo una cosa es necesaria, seguirlo a Él. Así y todo, si Marta no se afana por el orden y cuidado de la casa, Jesús se nos muere de hambre.

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Las cosas de Dios no significan desentenderse de las de los hombres. Al contrario. Justamente porque debemos atender a Dios, nos debemos esmerar en hacer bien las labores humanas y comunitarias.

Tan importante es la lección de Marta, que es la santa patrona de la hospitalidad, del orden doméstico, de la pulcritud, limpieza y aprecio por las visitas.

En las antípodas de la triste lección que nos deja el incendio en el vertedero Santa Marta en Santiago.

Ese incendio y el consecuente hedor, humo y aire tóxico, dejan en evidencia lo vulnerable de nuestro ambiente y lo fácil que es romper su delicado equilibrio. Un desastre más que revela cuán proféticas resultaron las palabras del papa Francisco en su encíclica «Laudato Si» sobre el cuidado de la casa común.

El problema medioambiental no es de «los otros», de las grandes potencias, de los asiáticos o europeos. Es de aquí, a la vuelta de la esquina. Y cada chileno debe colocar de su parte para que Santiago, Chile, no terminen siendo un desierto, un gran basural.

El obispo auxiliar de Santiago, Galo Fernández, en una carta a un medio local, señala: «El suelo, el agua, el aire y los seres vivientes están mostrando síntomas de enfermedad y ‘claman’ por el daño provocado por su uso irresponsable».

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El desastre de Santa Marta nos debe servir de lección para, como dice el papa Francisco, iniciar “un nuevo diálogo sobre el modo en que estamos construyendo el futuro”, que ayude “a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo”, y así buscar “un desarrollo sostenible e integral”.

El tratamiento de la basura es un asunto serio. Se invierten millones de los cuales poco se ve. Junto con sancionar a los culpables -que los hay-, debe reforzarse el llamado a la responsabilidad personal y comunitaria. No es un asunto de la autoridad o las empresas. Es suyo y mío.

En esta cultura del descarte, como advierte el Papa, todos producimos toneladas de basura anualmente. Empecemos por casa. Menos basura doméstica significará menos vertederos Santa Marta. O al menos más pequeños. Devolvamos a Santa Marta sus características evangélicas: pulcritud, limpieza, orden y amistad. Para hacer de Chile un país mejor.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

 

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