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El verano austral y las fiestas de Navidad no son siempre sinónimo de felicidad. Eclipsados por el champán y los cohetes, cientos de personas se quedan cada año sin celebrar su cumpleaños. Ahora, el Sindicato Capricorniano alza la voz en nombre de todos los argentinos afectados por este drama.
Celebraciones vacías, tartas recicladas de año nuevo o un pan dulce seco con una vela casera son escenarios familiares para la mayoría de los nacidos entre el 21 de diciembre y el 20 de enero en Argentina, que cada año ven cómo su día más especial queda relegado a un segundo plano.
Javier «el Niño» Rodríguez, secretario general y fundador del Sindicato Capricorniano -y también afectado por esta situación-, afirma en declaraciones a Efe que impulsó la iniciativa hace unos años a través de Twitter con el fin de «acompañar a los capricornios en su lucha anual».
«Pensé que era una linda causa de protesta», explica el representante de un gremio que se fue multiplicando con el tiempo hasta convertirse en un gran espacio de terapia y encuentro a través de internet.
En una página de Facebook, los damnificados por haber nacido con signo capricornio comparten sus experiencias, suben fotos de sus fiestas de cumpleaños y convocan fiestas como la que tuvo lugar el pasado sábado en una famosa discoteca en el barrio porteño de Palermo.
«Fue espectacular», reconoce entusiasmado Rodríguez ante el éxito de haber reunido a miles de personas compartiendo el sufrimiento de tantos años de celebraciones solitarias.
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«Ayer fue mi cumple… creo», lamenta un afiliado en la página de la agrupación; «Mi cumpleaños siempre estuvo lleno de resentidos que no tenían dinero para irse de vacaciones», comparte otro; «En primaria les hice creer que nací en junio para saber qué se siente cuando te cantan cumpleaños feliz», concluye un tercer sindicalista.
Una de las principales reivindicaciones de este colectivo es la tarta de cumpleaños. Su queja parte del escaso esmero de los familiares de los ‘capricornianos’ a la hora de comprar una tarta que se acaba convirtiendo, según Rodríguez, «en un alfajor con un fósforo, un sandwich de jamón y queso o incluso un bloque de hielo».
«Me llegan auténticos abortos de la naturaleza», protesta encendido el líder sindical cuando habla de las fotos de tartas que envían el resto de afiliados.
No obstante, reconoce que desde que se creó la página de Facebook, un movimiento de «madres amorosas» ha comenzado a subir fotos de tartas que sí son dignas de un buen cumpleaños.
Pero sin duda, la espina clavada en todas las infancias de los nacidos en la órbita de la Navidad es el regalo de cumpleaños, que con la excusa de la economía quedaba solapado con el presente de Papá Noel.
«El problema llega cuando te dan un regalo en vez de dos», apunta Rodríguez, quien no entiende qué tiene que ver la Navidad con el cumpleaños: «¡Una cosa es el nacimiento de Cristo y otra el mío!».
Para Rodríguez, si bien la protesta tiene mucho de «gran broma», también esconde detrás una «gran verdad» que se ha hecho viral en las redes. «Lo que empezó como un chiste terminó siendo una forma autoayuda, una protesta real», dice.
Este dibujante, que trabaja para diarios como ‘Clarín’ o revistas satíricas como ‘Barcelona’ o la española ‘Mongolia’, aprendió el fenómeno de la viralización en internet tras el éxito en las redes sociales de su corto «Ni una sola palabra de amor» y presume de haber logrado algo parecido con el sindicato «sin poner dinero».
«Es una gran diversión para mí, pero también un experimento increíble porque la comunidad es muy activa», admite.
Aunque ahora acaba el denostado periodo zodiacal -concluyó el pasado 20 de enero- la lucha permanece. El Niño Rodríguez se niega en rotundo a ceder el legado a Acuarios o Piscis, también afectados por los meses de verano: «Que creen una asociación o un ministerio si quieren, pero un sindicato sólo le cabe a un capricornio».
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