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La importante llegada de migrantes a la Unión Europea (UE) y los fallos en los controles migratorios justificaron el restablecimiento de los controles en las fronteras interiores de algunos países del espacio Schengen, cuyos miembros quieren poder extenderlo dos años.
Controles extendidos en el espacio Schengen
El espacio Schengen es una zona de libre circulación en la que los controles fronterizos no existen. Esta compuesta por 26 países, de los cuales 22 son de la Unión Europea. En los últimos meses seis países restablecieron los controles temporales: cinco (Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca y Noruega) para controlar mejor el flujo migratorio y uno (Francia) en respuesta a la amenaza terrorista.
El plazo máximo para estos controles (seis meses) se termina pronto para algunos países, aunque el flujo de llegadas en el norte de Europa no flaquee.
Los Estados miembros de la UE pidieron el lunes a la Comisión que activara un procedimiento que autoriza a algunos países a extender hasta dos años los controles cuando se constaten «graves deficiencias» en la gestión de una frontera exterior.
La Comisión dio el primer paso este miércoles al adoptar un informe devastador sobre la gestión de Grecia de su frontera con Turquía, principal punto de ingreso de los migrantes que llegan a Europa.
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Pero el proceso es largo. Si el informe lo validan los Estados miembros del espacio Schengen, la Comisión propondrá medidas a Grecia. Si Grecia no toma las medidas necesarias para reparar estas «deficiencias» se abre el procedimiento para que los Estados miembros sean autorizados a extender los controles fronterizos por dos años, un golpe fatal a lo que todos valoran como el mayor logro de la Unión Europea: el espacio sin fronteras Schengen.
¿Se suspenderá la libre circulación?
Esta prórroga en los controles fronterizos se describe generalmente como una «supensión» del sistema Schengen, pero se trata de un procedimiento previsto en el código Schengen de manera excepcional para justamente «salvaguardar» el sistema.
Sería además una posibilidad que se daría a algunos Estados, lo que no quiere decir que la cantidad de Estados que reintroducen los controles vaya a aumentar.
«Es un procedimiento de última instancia, pero no una suspensión de Schengen. Se trata de autorizar a los pocos países que restablecieron los controles a que lo hagan por más tiempo, si es necesario», indicó un jurista especializado.
«No sabemos exactamente qué efecto en los flujos migratorios tendría realmente la extensión por dos años», señaló una fuente diplomática que agregó: «desde el punto de vista económico, el costo sería muy elevado». Los controles en las fronteras entorpecen el transporte de mercaderías.
¿Se excluirá a Grecia de Schengen?
Austria amenaza con ello, pero la Comisión Europea, así como los especialistas, repiten: es imposible «suspender» o «excluir» un país de la zona Schengen.
«No está previsto y es completamente absurdo: Grecia no tiene ninguna frontera terrestre con otro país miembro de Schengen y los migrantes no pasan por los aeropuertos», explicó un especialista.
Algunos quieren que la frontera greco-macedonia sea impermeable imposibilitando así el paso hacia el norte de los migrantes, pero ello podría aislar a Grecia.
La Comisión y Frontex, la agencia de vigilancia de las fronteras exteriores, llevaron a cabo la semana pasada una misión a Macedonia para determinar las necesidades del país. Frontex no tiene la posibilidad de intervenir fuera de la UE, pero actualmente hay desplegados oficiales de los Estados miembros «en el marco de la asistencia bilateral», según la Comisión.
¿Cómo planea la UE salir de la crisis?
«Lo lograremos», dijo recientemente el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que ya no esconde su hastío con los Estados miembros de la UE que critican a Grecia y que a su vez no cumplen lo que prometieron.
La Comisión Europea hará en marzo nuevas propuestas para el reparto de refugiados en la UE revisando las reglas de Dublín, que regula el otorgamiento de la protección internacional dentro del bloque a los solicitantes de asilo. Pero los miembros de la UE ya tienen grandes dificultades para repartirse a los 160.000 refugiados llegados a Italia y Grecia.
Para que la situación mejore, Bruselas cuenta con la implementación rápida de los llamados ‘hotspots’ en Italia y Grecia, en donde deben registrarse las solicitudes de asilo y diferenciar a los «migrantes económicos» de los que pueden aspirar a la protección internacional.
Desde esos centros se debe organizar el reparto de los refugiados pero también el reenvío a sus países de origen de los «migrantes económicos».
La Comisión también espera poner en pie una guardia fronteriza europea, que ya propuso a los 28, y apuesta a que funcione realmente el acuerdo que selló con Turquía para que frene la llegada de migrantes, que de momento dio pocos resultados.
PUB/IAM